Loca academia de policía 2: Su primera misión (1985)

“Loca academia de policía 2: Su primera misión” no es una obra maestra cinematográfica, ni pretende serlo. Es, sin embargo, una dosis sólida y divertida de comedia policial que se alimenta de la nostalgia de las películas de acción de los años 80, sin llegar a imitarlas servilmente. Los directores Joe and Anthony Russo, conocidos por su posterior trabajo con ‘Vengadores’ (Avengers), aquí demuestran su afición por el género y su habilidad para crear situaciones exageradas y llenas de energía. La película, a pesar de su duración, no se siente como un atasco, gracias en gran parte a su ritmo frenético y a una dirección ágil que se beneficia de planos dinámicos y efectos visuales que, aunque no son vanguardistas, cumplen su función de ambientar la acción.

El núcleo de la película reside en la dinámica entre Mahoney (Will Ferrell) y su equipo: Dewey (Michael Cera), Fuller (Danny McBride) y Murray (David Tennant). Ferrell, como siempre, brilla con su particular estilo cómico, capaz de alternar entre la torpeza desesperada y la astucia sorprendente. Cera, McBride y Tennant complementan a la perfección su actuación, aportando diferentes registros y niveles de locura que hacen que la interacción entre los personajes sea genuinamente divertida. La química entre ellos es palpable y es la piedra angular de la comedia. No se trata de un humor que se basa en groserías o chistes fáciles; es un humor absurdo y a menudo desconcertante, que resulta gratificante gracias al talento de los actores y la puesta en escena.

El guion, aunque predecible en algunos momentos, es sorprendentemente ingenioso. Las situaciones que se plantean son extravagantes y a veces ridículas, pero la película se esfuerza por mantener la credibilidad dentro de su propio marco absurdo. La trama, centrada en una peligrosa banda de gamberros con un líder sombrío (Colin Farrell), podría haber caído en la simplicidad, pero la película introduce giros inesperados y secuencias de acción sobre la marcha, manteniendo al espectador enganchado. Si bien algunos diálogos son un poco forzados, la energía general de la película es contagiosa.

Cabe destacar que la película abraza su naturaleza exagerada y no intenta parecer más inteligente de lo que es. Las escenas de persecución son torpemente coreografiadas, los efectos especiales son modés, y la banda sonora es un cliché de música synth que evoca directamente la estética de los 80. Sin embargo, en lugar de considerarlo un defecto, la película lo utiliza como una forma de celebrar el género de la comedia policial, creando un espíritu de homenaje divertido y deliberadamente kitsch. La banda sonora, aunque repetitiva, funciona a favor del ambiente. Si buscas una experiencia cinematográfica profunda, no la encontrarás aquí, pero si buscas una película para desconectar y reírse sin complejos, “Loca academia de policía 2: Su primera misión” cumple su cometido con soltura.

Nota: 7/10