Loca academia de policía 5: Operación Miami Beach (1988)

‘Loca academia de policía 5: Operación Miami Beach’ no es un hito del género, ni siquiera un respiro refrescante. Se trata, en esencia, de una continuación mecánica de una franquicia que ha llegado a un punto de saturación, donde la fórmula se ha vuelto más predecible que un mal tiempo en California. La película, dirigida por Peter Faiman, se aferra a las convenciones que la han caracterizado durante años, ofreciendo un entretenimiento ligero, pero notablemente superficial y carente de la chispa original que, en su momento, hizo atractiva a esta comedia policial.

La premisa, con el regreso del Capitán Lassard a Miami para recibir un galardón y la ambición de su colega Harris, es funcional pero poco inspirada. El conflicto central, la lucha por el prestigio y la oportunidad de ascender en la jerarquía policial, es un cliché que ya hemos visto innumerables veces. El guion, escrito por Robert Mark Waller, se limita a presentar situaciones cómicas prefabricadas y diálogos a menudo torpes, con chistes que no llegan a tener el impacto esperado. Las situaciones se desarrollan con una lentitud exasperante, y la trama se enreda en subramas secundarias que no contribuyen significativamente a la historia principal. La comedia se basa en bromas visuales y en la exageración de los personajes, pero carece de un ingenio profundo o de momentos realmente memorables. Se siente como si el guion se hubiera escrito con la única intención de llenar un tiempo de pantalla, más que de contar una historia convincente.

Las actuaciones, como es habitual en estas producciones, son variables. Cliff Curtis como Lassard ofrece un tono pausado y ligeramente cansado, y se esfuerza por inyectar un poco de humanidad a un personaje que, en este contexto, está condenado a ser un caricatura. Gabriel Iglesias, nuevamente, está en su elemento como el relajado y torpe Officer Maxwell Smart, aportando el humor físico característico del personaje, aunque su actuación a menudo se siente forzada y artificiosa. Sin embargo, la mayor decepción reside en la interpretación de Michael Imperioli como Harris, que carece de la complejidad necesaria para hacer que este antagonista sea realmente interesante o amenazante. Su villanía se reduce a una serie de arrechados y comentarios sarcásticos, sin ninguna profundidad emocional o motivación creíble.

Visualmente, la película no ofrece nada destacable. La Miami Beach de la que trata la trama se presenta de forma genérica, con tomas panorámicas del sol y playas, pero sin ningún cuidado en la dirección artística o en la fotografía. El ritmo, igualmente, es irregular, alternando momentos de tensión artificial con escenas de comedia que parecen improvisadas. En definitiva, ‘Loca academia de policía 5: Operación Miami Beach’ es una película olvidable, un ejemplo más de la sobreproducción de franquicias cinematográficas que buscan mantener vivo el interés de una audiencia que ya no está tan interesada. No intenta ser innovadora, ni siquiera divertida de manera sostenida. Es un entretenimiento ligero, pero sin sustancia, que probablemente dejará al espectador con una sensación de decepción.

Nota: 5/10