Loca academia de policía: Misión en Moscú (1994)

“Loca Academia de Policía: Misión en Moscú” es una película que, a primera vista, parece un homenaje descarado a los clichés del cine de espías de los años 80, pero que, sorprendentemente, logra mantener un equilibrio entre la diversión absurda y momentos genuinamente entretenidos. La película, dirigida por Pete Travis, no se toma la serie en serio, y esa es, quizás, su mayor virtud. Se permite ser ridícula, con situaciones exageradas y un ritmo frenético que puede resultar abrumador, pero lo hace con una honestidad y una ligereza que atrae al espectador a la aventura.

La premisa –agentes de la Florida, con sus métodos poco ortodoxos, colaborando con la policía soviética para detener a un criminal que amenaza la seguridad global– es inherentemente cómica. La película se beneficia enormemente de las actuaciones de sus protagonistas. Will Ferrell, como el agente del FBI Barry Decker, ofrece su habitual energía desbordante y un talento para la improvisación que se ve recompensado al máximo. Michael Caine, en un papel secundario pero crucial, aporta una elegancia y una sabiduría que contrastan perfectamente con la torpeza de los demás personajes. Sally Field, como la agente del FBI Connie Marsh, proporciona un contrapunto más sensible y realista, ofreciendo un relieve en medio del caos.

En cuanto al guion, aunque carece de la profundidad y el desarrollo de un thriller criminal convencional, se centra en la creación de situaciones divertidas y en la construcción de personajes memorables. Las secuencias de acción, aunque estilizadas y a veces carentes de la pulcritud técnica actual, cumplen su función de mantener el interés y de generar momentos de tensión. La ambientación en la Rusia soviética de los años 80 es un plus importante; el vestuario, la decoración y la banda sonora contribuyen a crear una atmósfera inmersiva y auténtica, aunque, a veces, se siente un tanto artificial.

Sin embargo, la película no está exenta de fallos. El guion, en ocasiones, recurre a gags que no siempre funcionan y el ritmo puede ser irregular, con algunos momentos de ritmo lento que pueden distraer al espectador. Además, la trama, aunque entretenida, no ofrece un desarrollo particularmente original o sorprendentes giros. No obstante, "Loca Academia de Policía: Misión en Moscú" compensa estas deficiencias con su humor, sus personajes y su ambientación. Es una comedia de espías que, a pesar de sus limitaciones, ofrece entretenimiento puro y duro, perfecta para aquellos que busquen una escapada ligera y divertida.

Nota: 7/10