Locos de remate (1980)

“Locos de Remate” (Birds of a Prey) no es precisamente una obra maestra del cine de acción, pero sí un divertimento sorprendente y, a su manera, ingenioso. La película, bajo la dirección de Gil Cates, sorprende por su originalidad y por la manera en que maneja un concepto aparentemente descabellado: un atraco bancario disfrazado de aves gigantes. Cates, conocido por su trabajo en comedias como ‘Los Vanidosos’ (The Cheap Bastards), consigue equilibrar la acción con el humor, evitando que la premisa se convierta en un festival de clichés. La película no busca la grandeza narrativa, sino disfrutar del momento, de las situaciones absurdas y de las reacciones de los personajes a eventos que, desde una perspectiva racional, son completamente ilógicos.

Las actuaciones son un pilar fundamental del éxito de la película. Nicolas Cage entrega una interpretación absolutamente magistral, transformándose completamente en un personaje desgarbado y delirante. Su Cage, consumido por la desesperación y por el deseo de conseguir dinero, es la columna vertebral de la comedia y, a menudo, el centro de las escenas más memorables. Rosie Perez, como la viuda de un policía caído en combate, aporta una presencia física imponente y una dignidad conmovedora que contrasta fuertemente con el caos que rodea a los protagonistas. Benicio Del Toro, en el papel del jefe de la mafia, ofrece una interpretación sobria y amenazante, subrayando la dureza del mundo en el que se mueven nuestros protagonistas. La química entre Cage y Perez es palpable, alimentando el humor y la tensión dramática de la historia.

El guion, aunque sencillo, es efectivo en lo que pretende. No pretende explorar las profundidades de la moralidad o la justicia, sino presentar una situación cómica y mantener al espectador enganchado. La trama se desarrolla de forma lineal y directa, con algunos giros inesperados que contribuyen al entretenimiento. Sin embargo, el guion no evita los clichés de género, como el personaje del policía corrupto o el jefe de la mafia implacable. La película se apoya en el humor situacional y en las reacciones exageradas de los personajes, que, a veces, llegan a difuminar la línea entre lo gracioso y lo absurdo. A pesar del riesgo de caer en la caricatura, la película consigue mantener un equilibrio entre la comedia y la acción, ofreciendo momentos genuinamente divertidos.

En definitiva, “Locos de Remate” es una película de acción y comedia con un encanto peculiar. No es una obra maestra cinematográfica, pero sí un entretenimiento sólido y divertido, impulsado por las actuaciones excepcionales de Nicolas Cage y Rosie Perez, y por la originalidad de su premisa. La película recuerda a las comedias de acción de los años 80, sin llegar a ser una copia fiel de ellas. Es una película que sabe reírse de sí misma y que ofrece un escape ligero y sin pretensiones al espectador. Es un festín visual y cómico, una experiencia cinematográfica que, aunque breve, deja una impresión positiva.

Nota: 7/10