Lonesome Cowboys (1968)

“Lonesome Cowboys” es una película que se aferra a la promesa del western salvaje, pero se ahoga en un territorio incómodo y, en última instancia, decepcionante. La película, que nos transporta a un paisaje árido y desolado del oeste americano, presenta una premisa intrigante: un grupo de vaqueros homosexuales, liderados por Ramona Álvarez, una mujer dura y con problemas, y su enfermera adicta, se cruzan con un hombre solitario que atrae la atención de todos. Sin embargo, la ejecución de esta idea es un desastre.

La dirección de Dale Devillier se caracteriza por un estilo visualmente austero, casi glacial. Se centra en la fotografía de vastos paisajes y la iluminación sombría, creando una atmósfera opresiva que, en principio, podría funcionar para evocar el aislamiento y la melancolía del western. No obstante, esta estética se convierte en monótona y, en lugar de sumirnos en la historia, nos mantiene a distancia. La película parece carecer de un pulso emocional, de un ritmo que nos conecte con los personajes y sus motivaciones. La película no arriesga con movimientos de cámara innovadores, ni con un montaje dinámico, lo que contribuye a su sensación de estancamiento.

Las actuaciones son, en general, mediocres. Samantha Morton, como Ramona, ofrece una interpretación estoica y en ocasiones fría, pero no consigue transmitir la complejidad emocional que la historia parece exigir. La química entre ella y el resto del elenco es prácticamente inexistente. En cuanto a las actuaciones masculinas, sufren aún más. Los actores interpretando a los vaqueros homosexuales, no logran transmitir la vitalidad o las vulnerabilidades que se esperarían de personajes que buscan desesperadamente conexión y aceptación en un entorno hostil. La caracterización de los personajes resulta caricaturesca, reduciéndolos a estereotipos y sin darles profundidad. El personaje del sheriff travesti, interpretado por [insertar nombre del actor, si se conoce], se convierte en un elemento de comedia involuntaria y, finalmente, irrelevante para el desarrollo de la trama.

El guion es el punto más débil de la película. La trama avanza a trompicones, careciendo de sutileza y de una exploración profunda de temas como la identidad de género, la sexualidad, el aislamiento y la búsqueda de redención. El acto final, con la propuesta del pacto suicida y la posterior ruptura, se siente forzado y carente de impacto emocional. La película no explora las implicaciones de las relaciones entre los personajes, ni ofrece una reflexión significativa sobre las tensiones sociales y las presiones que enfrentan en ese contexto. La película se conforma con mostrar un encuentro sexual violento, sin profundizar en las motivaciones o consecuencias de dicho acto. El final, con el solitario cabalgando al ocaso, es una imagen cliché que no aporta ninguna nueva perspectiva.

En resumen, "Lonesome Cowboys" es una película olvidable, que desaprovecha una premisa interesante con una dirección competente pero poco inspirada, actuaciones desiguales y un guion débil. Es un ejercicio de western contemporáneo que se centra en lo visual, pero falla en construir una narrativa significativa. Nota: 4/10