Look (2007)

“Look” no es simplemente una película; es un experimento social inquietante y profundamente impactante, un espejo distorsionado que nos obliga a confrontar nuestra propia relación con la vigilancia y la privacidad en el siglo XXI. La propuesta de la directora, Alma Harrapin, de filmar un largometraje íntegramente con material extraído de cámaras de seguridad, es audaz hasta el extremo, y la película, a pesar de sus aparentes limitaciones técnicas, logra construir una narrativa potente y evocadora.

La película se centra en una mujer, Lila, que se encuentra, inexplicablemente, siendo objeto de un seguimiento constante a través de las cámaras de seguridad. No sabemos quién la persigue, por qué o con qué intención, y esa incertidumbre es, precisamente, el núcleo central de la experiencia cinematográfica. Harrapin evita explicaciones fáciles, permitiendo que el espectador se sumerja en la sensación de paranoia y vulnerabilidad que Lila experimenta. La ausencia de diálogos significativos, la mayoría de las veces, intensifica este efecto, convirtiendo la película en un ejercicio de observación silenciosa y perturbadora.

El trabajo de dirección es sobresaliente. Harrapin domina la técnica del uso de material de vigilancia, seleccionando tomas impactantes y fragmentos que, por sí solos, carecen de sentido, pero que en conjunto, construyen una atmósfera de opresión y desasosiego. La película se beneficia enormemente de la fotografía, que, a pesar de la procedencia de la materia prima, logra crear una estética visualmente atractiva y llena de matices. Las tomas de gran formato, con sus detalles y su encuadre preciso, nos hacen sentir que somos parte de la vigilancia, testigos involuntarios de la vida de Lila. Sin embargo, el éxito de la película reside, en gran medida, en la habilidad de Harrapin para evitar que la película se convierta en un mero ejercicio técnico. En lugar de eso, logra que la investigación de Lila, a través de estas imágenes, se convierta en una búsqueda de identidad y sentido.

Las actuaciones son minimalistas, pero efectivas. Rooney Mara, como Lila, aporta una vulnerabilidad conmovedora, transmitiendo la creciente angustia y confusión de su personaje. Su expresión facial, a menudo silenciosa, dice más que mil palabras. Se centra en el juego de la mirada, la incomprensión y la desesperación, y es esta actuación la que le da al relato una dimensión humana profunda.

El guion, aunque aparentemente simple, plantea cuestiones relevantes sobre la pérdida de privacidad en la era digital. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que más bien plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza de la vigilancia, el control, la libertad y la identidad. Es una obra que nos obliga a reflexionar sobre el precio que estamos dispuestos a pagar por la seguridad en un mundo cada vez más conectado y observado. No es una película fácil de ver, y posiblemente no sea para todo el mundo, pero su impacto emocional y su capacidad para generar debate son innegables. ‘Look’ es una película que permanecerá en la memoria mucho después de que los créditos finales hayan pasado.

Nota: 8/10