Los 800 (The Eight Hundred) (2020)

“Los 800” (The Eight Hundred) es un melodrama bélico que, lejos de ser una representación idealizada de la guerra, ofrece una visión brutal y profundamente emotiva del sacrificio y la camaradería en el corazón del asedio de Shanghai de 1937. La película, dirigida con una maestría visual por Chen Kaige, no solo reconstruye un evento histórico específico, sino que eleva la historia a una parábola universal sobre la valentía y la pérdida, elementos que resonarán con el espectador mucho después de que las luces del cine se apaguen.

La dirección de Chen Kaige es, sin duda, la fuerza motriz de la película. Evita los clichés del género, priorizando la tensión y el realismo. La escena del asedio en sí misma es un logro técnico impresionante, con una coreografía de movimientos y un uso magistral de la perspectiva que sumerge al espectador en la claustrofobia y el caos del frente. No se busca la grandilocuencia, sino la honestidad en la representación de la lucha, con explosiones sutiles, tiroteos tensos y, sobre todo, un énfasis constante en la desesperación palpable de los soldados. La utilización de ángulos de cámara inusuales y movimientos de cámara fluidos crea una sensación de dinamismo y vértigo, logrando que el espectador sienta el peso de cada decisión, cada disparo, cada muerte.

El reparto, encabezado por Zhang Yi, muestra una actuación sobria pero increíblemente poderosa. Zhang Yi interpreta al capitán Li Jin, un hombre consumido por el deber y atormentado por la pérdida. Su evolución a lo largo de la película, desde el líder pragmático hasta el hombre roto por la guerra, es el corazón emocional de la película. Las actuaciones de los otros soldados también son destacadas, especialmente las de Zhao Yang y Wang Jing, que personifican la juventud, la esperanza y la desesperación. No se trata de héroes en el sentido tradicional; son hombres comunes, con miedos y debilidades, pero unidos por un sentido de lealtad y sacrificio.

El guion, adaptado de la novela homónima de Min Hu, es uno de los puntos fuertes de la película. Se centra en los detalles que a menudo se pasan por alto en las representaciones cinematográficas de la guerra: el hambre, la enfermedad, la falta de recursos y, sobre todo, la importancia de la comunicación entre los soldados. La película logra evocar el ambiente de un almacén convertido en fortaleza, mostrando cómo la moral se ve puesta a prueba y cómo los lazos humanos se forjan en medio de la adversidad. El uso de flashbacks, aunque ocasional, sirve para revelar el pasado de algunos personajes, añadiendo profundidad y complejidad a sus motivaciones. El ritmo es deliberadamente pausado, permitiendo que la tensión se acumule gradualmente, culminando en un clímax impactante.

En definitiva, “Los 800” no es una película fácil de ver, ni mucho menos un espectáculo de acción. Es una experiencia cinematográfica intensa y conmovedora, que invita a la reflexión sobre el costo de la libertad, la importancia del coraje y la naturaleza humana. Es una obra que merecía el reconocimiento internacional que le ha otorgado.

Nota: 8.5/10