Los abandonados (2006)

“Los Abandonados” (Los Olvidados, en su título original) no es un terror fácil, ni tampoco una repetición de tropos del género. Es, en cambio, una película de atmósfera densa y perturbadora, un estudio psicológico sobre el trauma, la herencia y el peso del pasado. La dirección de Andrei Zvyagintsev logra crear una sensación de opresión y aislamiento que permea cada fotograma, utilizando un paisaje rural ruso implacable y un diseño de producción impecable para subrayar la soledad de Marie, interpretada magistralmente por Hardy Kruger. La fotografía, en tonos grises y azules, es casi un personaje más, contribuyendo a la desolación que impregna la trama.

La película no se conforma con los sustos repentinos, sino que construye una tensión pausada pero efectiva. Zvyagintsev juega con la ambigüedad, dejando al espectador con más preguntas que respuestas. La presencia de Nikolai, interpretado por Lars Eidinger, es inquietante y ambiguamente amenazante. Su personaje, una figura fantasmagórica, no se revela inmediatamente, y su relación con Marie, basada en una extraña mezcla de afecto y desconfianza, es el núcleo de la película. Eidinger ofrece una actuación sutil y poderosa, transmitiendo la inquietud y el misterio que envuelven a su personaje. Kruger, por su parte, interpreta a Marie con una vulnerabilidad que es tanto conmovedora como preocupante. Su actuación es fundamental para conectar emocionalmente con la historia.

El guion, adaptado de la novela de Lukaš Chromý, es la columna vertebral de la película. La historia es contemplativa, priorizando la exploración de los personajes y sus motivaciones por encima de la acción. Sin embargo, este ritmo lento no resulta tedioso; de hecho, permite al espectador sumergirse en la atmósfera opresiva de la granja y reflexionar sobre la complejidad de las relaciones familiares y el legado del pasado. Las escenas entre Marie y Nikolai, cargadas de silencios y miradas que dicen más que las palabras, son especialmente impactantes. La película aborda temas como la pérdida, el luto, la incomunicación y la dificultad de confrontar los errores del pasado, elementos que resuenan profundamente.

“Los Abandonados” no ofrece soluciones fáciles ni finales felices. Es una película que te deja con una sensación de inquietud persistente, un remanente de la atmósfera de desesperación que se ha instalado en la granja. Es una obra cinematográfica que exige al espectador un compromiso activo, una disposición a observar y reflexionar sobre las heridas invisibles que pueden perseguir a una familia durante generaciones. No es una película para todo el mundo, pero para aquellos que se atreven a explorar las profundidades de la psique humana y las sombras del pasado, “Los Abandonados” es una experiencia cinematográfica inolvidable.

Nota: 8/10