Los Andersson en la nieve (2014)

“Los Andersson en la nieve” no es, en absoluto, una película que te haga llorar a moco tendido, aunque te incite a reflexionar sobre la fragilidad de las relaciones familiares y el precio de la idealización. Más bien, es una comedia familiar con toques de drama melancólico, un relato de personajes que, lejos de ser perfectos, se desnudan ante la adversidad y la necesidad de conectar. La película, dirigida con sensibilidad por Lasse Hallström, se centra en la familia Andersson, un clan que se ve catapultado a la nieve sueca por la impulsividad de Sune, el hijo mayor, un hombre que, en su afán de recuperar la presencia de su amada, Sophie, convence a sus padres y hermanos de embarcarse en un viaje que les supera con creces.

La dirección de Hallström es, como es habitual en su filmografía, cuidadosa y llena de detalles. La atmósfera invernal es omnipresente, no solo en términos visuales, con paisajes nevados que evocan un ambiente de soledad y aislamiento, sino también en la manera en que se construye la tensión dramática. La película se basa en la dinámica entre las dos familias que comparten una cabaña, y las diferencias de personalidad y expectativas entre ellas generan situaciones cómicas, pero también reveladoras. Las interacciones entre los personajes son lo más interesante de la película; cada uno lucha con sus propios miedos y frustraciones, y la nieve se convierte en un catalizador para que esos sentimientos afloren.

Las actuaciones son sólidas y naturales. Johan Widerberg como Sune es el corazón de la película. Logra transmitir la desesperación de un hombre que no sabe cómo comunicar sus sentimientos y que, en su intento de impresionar a Sophie, pone en peligro la felicidad de su familia. Cecilia Ambrosson, como Sofía, ofrece una interpretación sutil y llena de matices, mostrando las contradicciones de una joven que, a pesar de ser atractiva, es vulnerable y en busca de un sentido a su vida. Y las actuaciones del resto del elenco, especialmente las de los padres, son convincentes y añaden profundidad a la trama. No obstante, algunas subtramas, como el triángulo amoroso en segundo plano, resultan algo desaprovechadas y podrían haber sido más sutiles.

El guion, adaptado de una novela de Fredrik Backman, se basa en temas universales como la búsqueda de la felicidad, la importancia de la familia y el valor de las relaciones. La película no rehúye de las tensiones familiares, mostrando los desacuerdos, las frustraciones y las heridas del pasado. Sin embargo, también celebra la capacidad de superar las dificultades y de encontrar la luz en la oscuridad. La película no se adscribe a una fórmula de comedia romántica tradicional; si bien hay momentos de humor, la película está teñida de melancolía y reflexiones sobre la vida. La trama se desarrolla con un ritmo pausado, permitiendo que el espectador se conecte con los personajes y se sumerja en su mundo. El final, aunque inevitablemente emotivo, es agridulce y deja al espectador con una sensación de esperanza.

Nota: 7/10