Los ángeles de Charlie (2019)

“Los ángeles de Charlie” es una película que, a primera vista, podría ser catalogada como un espectáculo de acción puro, y en cierto modo lo es. Sin embargo, bajo la superficie de explosiones y persecuciones a gran escala, se esconde una propuesta que, si bien carece de la profundidad emocional que podría haberle elevado a la categoría de clásico, ofrece un entretenimiento sólido y, sobre todo, una visión interesante de un mundo de espías y mercenarios privados. La película, adaptada de los populares cómics de Lee Falk, se centra en la agencia Townsend, una organización internacional dedicada a proteger al mundo de amenazas tecnológicas y estratégicas. Lo que distingue a esta agencia es su diversa plantilla, compuesta por “ángeles” de distintas nacionalidades, cada uno con su especialidad y un Bosley, su jefe, dedicado a guiarlos y coordinarlos.

Dirigida por Rupert Sanders, la película se beneficia de una puesta en escena impecable y de efectos visuales de alto nivel que hacen que las escenas de acción sean realmente impactantes. La coreografía de las persecuciones es dinámica y creativa, utilizando el entorno urbano de cada localización – desde las calles laberínticas de Marrakech hasta las alturas imponentes de Nueva York – para crear desafíos únicos y memorables para los protagonistas. Sin embargo, la estética visual, aunque atractiva, a veces se sacrifica por la espectacularidad, generando un ligero desequilibrio en la experiencia. No se trata de una película que busca la sutileza, sino que abraza la grandiosidad, y esto se nota en cada fotograma.

Las actuaciones son competentes, aunque carecen, en su mayoría, de la chispa que permitiría un mayor impacto. Edward Norton, como Bosley, ofrece una presencia imponente y un porte innegablemente seductor. Charlize Theron, en el papel de la misteriosa y eficiente “ángel” brasileña, aporta un toque de sofisticación y peligro al equipo. La química entre Norton y Theron es palpable y contribuye a algunos de los momentos más destacados de la película. Pero la mayoría de los personajes secundarios, aunque bien interpretados, son meramente caricaturescos, cumpliendo sus funciones narrativas sin aportar una gran profundidad.

El guion, por su parte, es funcional pero predecible. La trama, centrada en la amenaza de un peligroso sistema de control mental, es familiar y no sorprende en ningún momento. Se recurre a clichés del género de espías y ciencia ficción, sin profundizar en las implicaciones éticas o psicológicas de la tecnología en cuestión. Se avanza a un ritmo rápido, presentando los conflictos y las soluciones de manera eficiente, pero sacrificando la construcción de personajes complejos y relaciones significativas. La película se enfoca más en la acción y el espectáculo visual que en el desarrollo de la historia y la exploración de sus temas.

A pesar de sus fallos, “Los ángeles de Charlie” es un entretenimiento satisfactorio, especialmente para aquellos que buscan una película de acción llena de adrenalina y efectos especiales. La película ofrece una visión interesante de un mundo de espías y mercenarios privados, con un enfoque en la diversidad y la especialización de sus miembros. Sin embargo, la falta de profundidad en el guion y las actuaciones limitan su potencial, impidiendo que se convierta en una joya del género.

Nota: 6.5/10