Los ángeles de Charlie: Al límite (2003)

“Los Ángeles de Charlie: Al Límite” es, en esencia, un regreso a las raíces de la franquicia, un anhelo por recuperar esa frenética energía de acción y suspenso que catapultó la saga a la popularidad en la primera década del siglo XXI. La película, dirigida nuevamente por Jon Watts, se presenta como una evolución, no como una revolución, y en ese sentido, cumple con algunas expectativas, aunque carece de la chispa original que hacía tan atractiva la serie.

Watts, como ya demostró con el éxito de “Spider-Man: Homecoming”, sabe cómo manejar a sus protagonistas, y el dúo formado por Charlize Theron y Kate Beckinsale continúa siendo el corazón de la película. Theron, como siempre, brilla con su caracterización de Lorraine Broughton, una agente británica implacable y pragmática, mientras que Beckinsale aporta la rudeza y la intuición del personaje de Syd Mead. La química entre ambas es fundamental, y aunque la historia exige un distanciamiento inicial, el respeto y la lealtad que las une se materializan en momentos de tensión y camaradería. La película explora las dinámicas de relación entre estas dos mujeres, mostrando la fragilidad que se esconde tras su fachada de profesionalismo.

Sin embargo, el guion, escrito por Matthew Vaughn y Benjamin Percy, no alcanza la sofisticación que se podría haber esperado. Si bien la premisa de la pérdida de la información y la búsqueda de un asesino en serie es intrigante, la trama se siente a veces torpe y repleta de clichés del género de espionaje. La película se apoja demasiado en escenas de acción exageradas, que, si bien son visualmente atractivas, contribuyen a una sensación de artificio. Algunos diálogos son un tanto forzados y, en general, la construcción del villano, interpretado de manera efectiva por Michael Imperioli, no es particularmente original.

La dirección de Watts es competente, explotando al máximo los efectos visuales y las acrobacias coreografiadas, pero le falta audacia para romper con la fórmula establecida. La película se siente a veces como una colección de momentos impactantes, pero carente de una narrativa cohesionada. La inclusión de Demi Moore, interpretando a un ángel caído, añade una capa de tragedia a la historia, y su personaje, aunque breve, aporta un matiz emocional interesante al conflicto. A pesar de ello, la película no consigue del todo convencer en cuanto a la justificación de su presencia.

En definitiva, “Los Ángeles de Charlie: Al Límite” es un entretenimiento sólido, pero superficial. Es una secuela que honra el legado de la serie, pero que no logra alcanzar la altura de sus predecesoras. Un buen pasatiempo para los fans, pero quizá decepcionante para aquellos que esperan una evolución significativa.

Nota: 6/10