Los asesinatos de mamá (1994)

“Los asesinatos de mamá” (Mom’s Killer) es una comedia negra sorprendentemente aterradora y, a la vez, absurdamente divertida. Esta película, que a primera vista podría pasar por una sátira exagerada de los tropos del thriller familiar, se revela como una exploración inquietante de la locura, el control y las expectativas de la maternidad en una forma que rara vez se ve en el cine. El director, Mark Harman, logra equilibrar hábilmente los momentos cómicos con las situaciones de genuina tensión, creando un ritmo narrativo que mantiene al espectador constantemente en un estado de incertidumbre, preguntándose cuándo la próxima víctima caerá.

Kathleen Turner entrega una actuación memorable como Beverly Sutphin, una mujer aparentemente normal que es, en realidad, una asesina serial. Su Beverly no es una psicópata premeditada; es una mujer que justifica sus acciones con una lógica retorcida, arraigada en la necesidad de proteger a su familia, incluso si eso significa deshacerse de quienes considera obstáculos en su camino. Turner ofrece una interpretación matizada y convincente, capaz de alternar entre la normalidad suburbana y la frialdad calculada de una asesina profesional. No se limita a la representación del “villano”, sino que logra humanizar, de alguna manera, a este personaje problemático, lo cual añade una capa extra de complejidad a la historia.

La dirección de Harman se distingue por su fotografía y su ambientación. La película está visualmente atractiva, utilizando la estética de los suburbios estadounidenses para enfatizar el contraste entre la aparente normalidad y el horror que se esconde bajo la superficie. Los planos son meticulosamente elaborados, y el uso de la luz y la sombra contribuye a la atmósfera opresiva que permea la trama. Más allá de la estética, la película hace hincapié en la lógica interna del personaje de Beverly, presentando sus asesinatos no como actos aleatorios, sino como soluciones pragmáticas a problemas preexistentes. El guion, coescrito por Harman y Brad Slater, se beneficia de esta lógica interna, aunque a veces la exageración alcanza niveles que podrían sentirse forzados, pero en general es sólido y ofrece giros inesperados que mantienen la tensión hasta el final.

El punto fuerte de la película reside en su capacidad para desafiar las expectativas del espectador. Inicialmente, Beverly se presenta como una madre preocupada y dedicada, pero a medida que avanza la trama, se revela la verdadera naturaleza de sus acciones. La película no ofrece respuestas fáciles ni justificaciones absolutas, dejando al público reflexionando sobre la moralidad, la locura y las consecuencias de los nuestros propios juicios. Es una película que provoca, que incomoda y, en última instancia, que te hace cuestionar la propia definición de “normalidad”. “Los asesinatos de mamá” no busca entretener primariamente, sino explorar las profundidades de la psique humana, y lo logra de una forma sorprendentemente efectiva.

Nota: 7/10