Los centinelas (1986)

“Los Centinelas” es una película que, sorprendentemente, logra un equilibrio entre la ambición de un thriller juvenil y la exploración de temas complejos relacionados con la autoridad, el control y la búsqueda de la individualidad. La trama, aunque podría considerarse algo predecible a primera vista, se centra en Donny Lennox, un joven estudiante que se ve envuelto en una red de secretos y conflictos dentro del prestigioso Colegio Superior Vista Verde. La película no se limita a la típica narrativa de “adolescentes rebeldes”, sino que profundiza en las tensiones internas de los personajes, ofreciendo una visión matizada de la dinámica de poder en un entorno educativo altamente estructurado.

La dirección de la película es sólida, logrando mantener un ritmo constante que evita caer en la fatiga narrativa. Los planos son cuidados, y las escenas de tensión se construyen con paciencia, priorizando la atmósfera sobre los efectos especiales. La fotografía, con tonalidades oscuras y una iluminación particular, contribuye significativamente a la sensación de inquietud y misterio que impregna la trama. Sin embargo, a veces, la cinematografía excesivamente estilizada puede restar impacto a algunos momentos clave.

El elenco ofrece interpretaciones convincentes. Ethan William Nelson, como Donny Lennox, transmite de forma efectiva la vulnerabilidad y la determinación del protagonista. Su lucha por encontrar su lugar en el colegio y por comprender las motivaciones de los centinelas es, sin duda, el núcleo emocional de la película. Pero el trabajo de los actores secundarios, especialmente Michael Beck y, con menos protagonismo, los personajes interpretados por James Spader y Christopher Lee, son igualmente destacables. Spader, en particular, aporta una ambigüedad inquietante al centinela Kroogar, un personaje que no es simplemente el antagonista, sino una figura con una historia compleja y perturbadora.

El guion, aunque tiene algunos momentos de exceso de diálogo, se beneficia de la trama intrincada. La relación entre Donny y Randy McDevitt es central, no sólo romántica sino también como punto de divergencia ideológica. La película, en cierto modo, plantea preguntas sobre la ética del control, la vigilancia y la necesidad de cuestionar las jerarquías establecidas. La idea de los “centinelas” como figuras de autoridad que, en realidad, pueden estar perpetuando un sistema de opresión es un concepto perturbador que persiste en la mente del espectador mucho después de que termina la película. No obstante, la resolución del conflicto, aunque satisfactoria, podría haber sido explorada con más profundidad. El final, ligeramente apresurado, deja algunas preguntas sin respuesta y podría haber sido más ambicioso.

En definitiva, "Los Centinelas" es una película que ofrece un entretenimiento inteligente y reflexivo, aunque no revolucionario. Es una película que valora la introspección y que invita a la reflexión sobre la naturaleza del poder y la importancia de la libertad individual. Un thriller juvenil con un toque de ciencia ficción y una carga moral que lo distingue de muchos títulos del género.

Nota: 7/10