Los Cocodrilos atacan de nuevo (2010)

“Los Cocodrilos atacan de nuevo” es una comedia adolescente que, aunque no alcanza la brillantez de algunas de sus predecescentes, ofrece un escape ligero y divertido para el público joven. El director, David Levinson, mantiene el tono desenfadado y la energía juvenil que caracterizan la saga, pero esta entrega, en mi opinión, carece de la chispa particular que impulsó las primeras películas. Sin embargo, no está exenta de momentos agradables y de un retrato, aunque superficial, de las complejidades de la adolescencia.

La película se centra en la creciente amenaza que sufre la familia de Ollie y María, cuyo padre dirige una fábrica de bombillas que se enfrenta a la bancarrota. Este conflicto familiar se entrelaza con sus propias preocupaciones adolescentes: el primer amor, los desafíos de la amistad, las tensiones entre hermanos y la búsqueda de la identidad. La dirección de Levinson se centra en la atmósfera del verano, con escenas en la playa, fiestas en la piscina y los típicos momentos de risas y desorden juvenil. No obstante, la narrativa se siente un poco estirada, especialmente en la segunda mitad, donde la trama se vuelve predecible y algunos gags perdiendo su impacto.

Las actuaciones son correctas, con una buena química entre los jóvenes protagonistas. Cole Spurr como Ollie y Verónica Ferro como María ofrecen un buen trabajo, transmitiendo de forma convincente las dudas y las inseguridades de sus personajes. La presencia de los veteranos, Jason Clarke y Olivia Wilde, aporta un toque de familiaridad y añade un plus de entretenimiento, aunque sus personajes tienen un desarrollo menos significativo que los jóvenes. Clarke, especialmente, se nota que disfruta interpretando a un padre inadaptado pero con un gran corazón, y su interacción con sus hijos es uno de los puntos fuertes de la película.

El guion, en general, es aceptable, pero no sobresale. Si bien las situaciones son identificables y las bromas funcionan en su mayoría, la historia carece de profundidad y de un mensaje particularmente relevante. Se podría haber explorado con mayor detalle el impacto del miedo al desempleo en la familia de Ollie, o la importancia de la comunicación familiar. El desarrollo de la trama romántica también se siente algo apresurado y carente de sutileza. La película se basa en clichés de género y en situaciones reconocibles, sin aportar nada realmente nuevo o sorprendente al mundo de las comedias adolescentes. Se nota un intento de capitalizar el éxito de las entregas anteriores, pero sin conseguir replicar su encanto único.

A pesar de sus defectos, “Los Cocodrilos atacan de nuevo” ofrece una dosis de diversión veraniega y una visión nostálgica de la adolescencia. No es una obra maestra, pero es un entretenimiento ligero y accesible para el público joven. Es un digno sucesor, aunque algo menos brillante, de la saga original.

Nota: 6/10