Los codiciosos (1994)

“Los Codiciosos” (Los Codiciosos, 1936) no es una comedia ligera, como podría sugerir el título. Es una disección implacable de la avaricia humana, un retrato oscuro y claustrofóbico de una familia acomodada que se consume por la ambición y la hipocresía. Dirigida con maestría por Frank Tuttle, la película se instala en un ambiente pesado, casi opresivo, donde la decadencia moral es palpable en cada rostro y en cada gesto. La atmósfera es deliberadamente sombría, reforzada por la fotografía en blanco y negro que acentúa los contrastes y los ángulos que generan una sensación constante de incomodidad.

La dirección de Tuttle es sutil pero efectiva. No recae en gags fáciles o en diálogos expositivos. En cambio, utiliza la composición de los planos y el movimiento de cámara para comunicar la tensión y el desorden emocional que impregnan la narrativa. La cinta se mueve con cuidado entre la comedia grotesca y el drama, aunque siempre prevalece una sensación de fatalidad inminente. Es una película que exige atención al espectador, que debe desentrañar las capas de engaño y manipulación que se esconden tras las máscaras de cortesía y adulación.

El reparto ofrece interpretaciones sólidas, aunque es la actuación de Walter Huston como el viejo tío Joe lo que destaca realmente. Huston domina el papel con una mezcla perfecta de excentricidad, vulnerabilidad y, sobre todo, de una astuta manipulación. Su personaje es un laberinto de contradicciones, capaz de mostrar cariño y desprecio en el mismo instante. Pero las actuaciones del resto del elenco, entre ellas las de Lionel Barrymore, Burgess Meredith y George Bancroft, también son memorables, cada uno aportando una faceta diferente al complejo mosaico familiar.

El guion, adaptado de la obra teatral de Robert Benchley, es la columna vertebral de la película. Se centra en la dinámica familiar y en el juego de engaños que llevan a los personajes a la ruina. La trama es ingeniosa, aunque no innovadora, y la tensión aumenta gradualmente a medida que los personajes se enfrentan a la verdad. La película explora temas universales como la ambición, la codicia, la familia y la pérdida de la inocencia, ofreciendo un análisis psicológico profundo de las motivaciones humanas. En particular, la forma en que se explora la relación entre las diferentes generaciones y el peso del pasado en la toma de decisiones es particularmente convincente. La película, a pesar de su tono sombrío, mantiene un equilibrio entre el humor negro y el drama, proporcionando momentos de ligero alivio entre la desesperación.

En definitiva, "Los Codiciosos" es una película inquietante y reflexiva, que sigue resonando décadas después de su estreno. Una obra maestra del cine negro que merece ser vista y analizada.

Nota: 8/10