Los cronocrímenes (2007)

“Los cronocrímenes” es una película que, a pesar de sus ambiciosas ideas y una premisa intrigante, termina siendo un ejercicio de estilo sobre que se construye un thriller temporal sin alcanzar la profundidad que promete. La película de la dirección de Daniel Alterman, lejos de optar por una producción grandilocuente, se mantiene en un minimalismo visual que, a veces, funciona a su favor, generando una atmósfera de inquietud palpable. Sin embargo, esta estética austera también puede resultar en un ritmo pausado, que, en ciertos momentos, se convierte en tedioso. La fotografía, en gran parte, destaca por su paleta de colores apagados, reforzando la sensación de aislamiento y desasosiego que impregna la historia. Alterman, que ha demostrado talento en proyectos anteriores, aquí muestra una habilidad para crear una atmósfera, pero parece que la dirección se centra más en la ambientación que en el desarrollo dramático de la trama.

La película se basa en la premisa de un hombre atrapado en un bucle temporal, un concepto ya explorado en el cine, pero que Alterman busca darle un nuevo giro al presentarlo como una serie de "cronocrímenes" – crímenes que se repiten a lo largo del tiempo. Esta mecánica, aunque original en su planteamiento, no se explora con la complejidad y el rigor que se esperaría. El guion, por lo que respecta, presenta algunos momentos de brillantez y suspense, especialmente en las primeras fases del viaje en el tiempo, donde la confusión y la desorientación del protagonista se transmiten con eficacia. No obstante, la trama se diluye gradualmente, las motivaciones de los antagonistas se vuelven vagas y el desarrollo de las consecuencias de sus acciones se siente superficial. La película adolece de una lógica interna inconsistente y algunas de las decisiones del protagonista, tomadas en el pasado, parecen motivadas más por la necesidad de mantener el interés del espectador que por una coherencia narrativa.

Las actuaciones son sólidas, con destaque para el actor principal, que interpreta con sutileza la angustia y el creciente terror de su personaje. Logra transmitir la frustración y la desesperación de un hombre atrapado en un ciclo interminable, sin recurrir a efectos especiales excesivos o a interpretaciones grandilocuentes. El resto del reparto, aunque menos desarrollado, cumple con su función y contribuye a la credibilidad de la historia. No obstante, es evidente que el foco de atención se centra casi exclusivamente en el protagonista, lo que deja al resto de personajes en un segundo plano. La banda sonora, minimalista pero efectiva, acentúa la sensación de aislamiento y presagio, creando una atmósfera de constante tensión. En definitiva, “Los cronocrímenes” es una película interesante por su concepto original, pero que, a pesar de las buenas actuaciones y el notable trabajo de dirección, no logra alcanzar su máximo potencial debido a un guion irregular y a una trama que, en ocasiones, parece perder el rumbo.

Nota:** 6/10