Los elegidos 2: El día de todos los santos (2009)

“Los Elegidos 2: El Día de Todos los Santos” es una entrega que, a pesar de las altas expectativas generadas por la franquicia, se siente, en última instancia, como una decepción generosa. La película, dirigida por Jon Cassar, no logra recuperar la energía y el suspense que caracterizaban la primera entrega, y aunque intenta explorar temas más profundos, termina siendo una sucesión de situaciones pulp y acción convencional. El título, evocador del Día de Todos los Santos, alude a un tono más melancólico y contemplativo, pero la película rara vez consigue ese efecto, priorizando el espectáculo explosivo sobre la atmósfera.

Las actuaciones son un punto fuerte indiscutible. Michael Imperioli, como el hermano mayor Rocco, ofrece una interpretación creíble y llena de matices, transmitiendo la conflictiva relación con su padre y su lucha interna entre el deseo de venganza y la necesidad de proteger a su hermano. Anthony Hopkins, como Il Duce, el patriarca de los MacManus, está, como siempre, imponente, aunque su interpretación resulta algo unidimensional; se limita a una severa y autoritaria presencia, perdiendo la complejidad que podría haber aportado a la figura. La joven Zoë Lister como Sarah, la hija de Rocco, logra mantener un interés genuino, y su evolución a lo largo de la trama es de las pocas cosas que realmente funcionan bien. Sin embargo, los personajes secundarios palidecen, quedando relegados a roles meramente funcionales.

El guion es el principal punto débil de la película. La trama, basada en un evento trágico en Boston, es poco original y predecible. Los flashbacks al pasado de los MacManus, destinados a explicar su código de honor y su sed de venganza, se sienten forzados y, a menudo, interrumpen el ritmo narrativo. Además, la resolución del conflicto se siente apresurada y poco satisfactoria, repleta de giros argumentales inverosímiles y una conclusión que, en última instancia, carece de resonancia emocional. La justificación de la venganza, central en la franquicia, se presenta de forma simplista y sin explorar las implicaciones morales de los actos que se llevan a cabo. Se apela a un sentido del honor antiquísimo, pero la película no logra construir un argumento convincente que lo justifique.

Visualmente, la película es competente pero sin destacar. La dirección de fotografía, aunque funcional, carece de originalidad. Las escenas de acción, coreografías decentes, se ven sobrecargadas de efectos especiales, que restan impacto y sofisticación. El uso de la música, aunque adecuada a la ambientación, se repite con demasiada frecuencia, convirtiéndose en un elemento invasivo. En definitiva, “Los Elegidos 2: El Día de Todos los Santos” es una película de acción estilizada, que compensa su carencia de profundidad con un espectáculo visual y, en parte, con las buenas actuaciones de sus protagonistas. Pero, en última instancia, no consigue el impacto que se esperaba de una secuela.

Nota: 6/10