Los futboleros (2007)

“Los futboleros” es una comedia que, a pesar de sus evidentes similitudes con “Jerry Maguire”, logra construir un retrato irónico y a la vez divertido de la obsesión del ser humano con el éxito y el estatus social. La película, dirigida por Frank Coraci, no se atreve a la grandilocuencia de su referente, optando por un humor más sutil y, en última instancia, mucho más efectivo. Se centra en Ted Wells, interpretado magistralmente por Denis Leary, un entrenador de fútbol americano con un pasado turbio y una reputación manchada, quien es contratado para salvar a un equipo universitario en el que la moral es baja y el rendimiento es deplorable. La película no se centra en la gloria deportiva, sino en la transformación personal de Ted, un hombre con una profunda necesidad de ser reconocido y admirado.

Leary, como ya hemos dicho, es el corazón de la película. Su Ted Wells es un personaje complejo, un fraude que se mantiene en el poder gracias a su astucia y su habilidad para manipular a las personas. No es un villano, pero tampoco es un héroe. Es un hombre que, en el fondo, anhela la conexión humana y la aceptación, y la película explora con delicadeza cómo ese deseo, mal dirigido, lo lleva a una serie de situaciones cómicas y, a veces, embarazosas. La química entre Leary y Patrick Swayze, en el papel de Jake Kolsen, el quarterback estrella, es fundamental para el éxito de la comedia. Swayze aporta un toque de encanto y vulnerabilidad a la figura del atleta arrogante y testarudo, y sus interacciones con Leary son genuinamente divertidas.

El guion, aunque a veces se inclina por clichés de la comedia romántica, logra evitar la torpeza que a menudo afecta a este género. Las situaciones que plantea la película son, en su mayoría, creíbles y se basan en la observación realista de las dinámicas sociales y profesionales. La película no se anda con rodeos al abordar temas como la corrupción, la presión social y la falta de autenticidad en las relaciones. La dirección de Coraci es precisa, cuidando el ritmo y la puesta en escena, aunque no siempre destaca por su originalidad. La banda sonora, compuesta por Jack Nitzsche, es un acompañamiento perfecto, potenciando la atmósfera y el tono general de la película.

Sin embargo, “Los futboleros” no está exenta de defectos. Algunos diálogos pueden resultar un poco forzados, y la trama secundaria con la ex-esposa de Ted (Geena Davis) podría haberse desarrollado con mayor profundidad. A pesar de ello, la película logra compensar estas pequeñas fallas con un humor inteligente, personajes entrañables y una reflexión sobre la importancia de la honestidad y la autenticidad. Es una comedia que te hace reír, pero que también te invita a reflexionar sobre la naturaleza humana y las consecuencias de nuestras acciones. No es una obra maestra cinematográfica, pero es una película entretenida, divertida y, en definitiva, recomendable.

Nota: 7/10