Los gritos del silencio (1984)

(EN) · Drama, Historia, Bélica · 2h 16m

Aquí, solo los silenciosos sobreviven.

Póster de Los gritos del silencio
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3.0 /10

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Dónde ver Los gritos del silencio

La película Los gritos del silencio está disponible para ver online a través de las plataformas de streaming: Movistar Plus+, Movistar Plus+ Ficción Total. Consulta a continuación dónde puedes verla directamente.

Sinopsis

Sydney es un periodista del "The New York Times" enviado a Camboya en 1972 como corresponsal de guerra. Una vez allí, conoce a Dith Pran, un nativo que le sirve de guía e intérprete durante la guerra. En 1975, al caer el gobierno camboyano, los EE.UU. se retiran del país, y toda la familia de Pran emigra a Norteamérica excepto él, que decide quedarse con el periodista para seguir ayudándole. Ambos viven refugiados en la embajada francesa, pero cuando deciden abandonar Camboya, el ejército revolucionario prohíbe salir del país a Pran, que es recluido en un campo de concentración.

Ficha de la película

Título original

The Killing Fields


Estreno



Idioma original

EN


Dirección

Guionista

David Puttnam


Reparto principal de Los gritos del silencio

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Los gritos del silencio.

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Los gritos del silencio. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Pablo Zamora
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (9.0/10)

“Los gritos del silencio” (The Killing Fields, 1984) no es solo una película; es una cicatriz. Una memoria palpable que, a más de cuatro décadas de su estreno, sigue resonando con una fuerza devastadora. Dirigida por Roland Joffé, la película no se limita a relatar la tragedia de la invasión khmer roja en Camboya; se sumerge profundamente en el alma humana, explorando temas como la amistad, la lealtad, la supervivencia y el precio del silencio. La película, en su esencia, es un testimonio conmovedor de la capacidad humana para la bondad y la brutalidad, vistas cara a cara.

La dirección de Joffé es magistral. No se apoya en efectos especiales o grandilocuencia visual, sino en la sutileza y la empatía. La fotografía de Sven Nykvist, con su uso de la luz y la sombra, crea una atmósfera sombría y opresiva que refleja el horror de la situación. La película está repleta de momentos de intenso realismo, capturados con una naturalidad que te obliga a sentirte como si estuvieras realmente allí, en medio del caos y la desesperación. La banda sonora, compuesta por Maurice Jarre, es un complemento perfecto que intensifica las emociones y la sensación de incomodidad constante.

El corazón de la película reside en las actuaciones. Sam Neill, como el periodista estadounidense Alex Helm, ofrece una interpretación sobria y reflexiva. No es un héroe, ni un salvador. Es un hombre atormentado por sus propios demonios, y su relación con Pran, interpretado con una profunda dignidad por Dara Sivadharan, es la columna vertebral emocional de la narrativa. La química entre ambos es innegable; vemos cómo un hombre de la cultura occidental y un hombre de la cultura camboyana se conectan a través de una necesidad compartida de sobrevivir y de mantener la integridad. Sivadharan, en particular, entrega una actuación visceral y conmovedora, transmitiendo la desesperación, el miedo y la silenciosa resistencia de Pran con una fuerza inigualable.

El guion, adaptado de la novela homónima de Loung Ung, es ambicioso y, en su mayoría, sobresaliente. La película aborda con sensibilidad temas complejos como el fascismo, el colonialismo y la pérdida de la identidad cultural. Sin embargo, la trama principal se centra en la amistad entre Alex y Pran, ofreciendo un contrapunto crucial a la deshumanización que la revolución khmer roja impone. La película no glorifica la guerra, sino que la presenta como una tragedia inenarrable, un evento que deja cicatrices profundas en aquellos que lo viven. La secuencia final, con Pran llorando en el campo de concentración, es una de las escenas más poderosas y duraderas del cine, y una muestra contundente del poder de la memoria y el poder del silencio.

A pesar de algunas escenas algo lentas, y una cierta idealización del personaje de Alex Helm, “Los gritos del silencio” es una película esencial que merece ser vista. No es una experiencia fácil, pero es una experiencia profundamente significativa que te obliga a reflexionar sobre la naturaleza humana, el costo de la guerra y la importancia de recordar. Es una película que permanece contigo mucho después de que los créditos finales se hayan desplegado.

Nota: 9/10

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