“Los Inmortales: El Origen” no es una película que revolucionará el género de acción, ni tampoco que redefine las expectativas de los fans de la saga. Sin embargo, ofrece un retorno satisfactorio a las raíces del universo de los Inmortales, priorizando la intriga y el peso emocional sobre los efectos especiales grandilocuentes. La película se mueve a un ritmo pausado, lo que puede resultar un tanto lento para algunos espectadores, pero que, en mi opinión, contribuye a la atmósfera melancólica y de desolación que impregna la historia.
La dirección de Patrick Hughes es competente, aunque no particularmente innovadora. Se centra en el desarrollo de los personajes y en la creación de un ambiente visualmente evocador, con escenas urbanas deterioradas que reflejan el estado de ánimo de Duncan MacLeod. Los planos largos y el uso de la luz natural refuerzan la sensación de aislamiento y vulnerabilidad del protagonista. La película sabe crear imágenes impactantes, como los enfrentamientos cuerpo a cuerpo coreografiados de manera brutal y realista, que se alejan de la exageración de algunos predecesores. No obstante, la falta de dinamismo en la dirección impide que la película alcance su máximo potencial.
El núcleo de la película reside en las actuaciones. Henry Cavill, como Duncan MacLeod, ofrece una interpretación sólida, transmitiendo con convicción el dolor y la culpa que lo atormentan. Aunque la historia de MacLeod es trágica y el personaje requiere una profundidad emocional que a veces le falta, Cavill logra conectar con el espectador, planteando preguntas sobre la naturaleza de la inmortalidad y el precio del poder. Particularmente, su relación con Methos, interpretado por Doug Bradley, es la más interesante y cargada de matices, revelando una dinámica compleja y llena de tensión. La presencia de Guy Pearce como el Inmortal Ziran añade un elemento de misterio y conflicto, contribuyendo a la trama principal.
El guion, adaptado de un relato de Richard Price, se centra más en la investigación del origen de la inmortalidad que en la acción directa. Esto puede decepcionar a aquellos que esperan explosiones y persecuciones al estilo de "Los Inmortales: El Legado”. Sin embargo, la exploración de la moralidad y las consecuencias de la inmortalidad resulta ser un tema interesante, aunque no completamente original. La trama se desarrolla lentamente, a través de flashbacks y diálogos, permitiendo al espectador conocer mejor la historia del primer Inmortal y los motivos que llevaron a su creación. El guion, en general, se beneficia de una adaptación que busca profundidad y complejidad a los personajes, pero a veces sacrifica la espectacularidad en favor de la introspección.
En definitiva, "Los Inmortales: El Origen" es una película disfrutable para los fans del género y para aquellos que aprecien una historia de acción con un toque de misterio y drama. No es una obra maestra, pero ofrece un retorno convincente a un universo que ha cautivado a muchos. Si buscas acción desenfrenada, quizá te decepcione; si buscas un relato reflexivo sobre la inmortalidad y sus implicaciones, "Los Inmortales: El Origen" podría satisfacer tus expectativas.
Nota:** 6/10