Los locos del Cannonball 2 (1984)

“Los Locos del Cannonball 2” es un homenaje a la aventura, a la rebeldía y, en última instancia, a la imperfección del viaje. La película, que regresa a la legendaria carrera automovilística, no pretende ser una obra maestra cinematográfica, y eso es, en cierto modo, su mayor fortaleza. Se trata de una experiencia, una inmersión en un universo particular y, como tal, requiere una cierta disposición por parte del espectador.

La dirección de Jeff Daniels, aunque a veces sencilla, consigue transmitir eficazmente la energía caótica y el espíritu de libertad que impregnan la carrera. Hay momentos en los que la cámara se adentra en los interiores de los coches, capturando la tensión, la emoción y el sudor de los conductores. No se busca el glamour de una película de acción convencional; se centra en los detalles: el ruido de los motores, el movimiento de las carreteras, el desgaste de los vehículos. Daniels sabe que el verdadero interés reside en el proceso, en la lucha por superar los límites y los propios temores. La planificación de las persecuciones es brillante, manteniendo el ritmo y la tensión durante gran parte de la película. No obstante, algunas de las secuencias son un tanto exageradas, llegando a ser casi cómicas en su locura.

El reparto es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Kurt Russell, que interpreta a un Cannonball original, aporta una presencia imponente y una actitud desafiante que se integran perfectamente en el tono general. También destacan las actuaciones de Diane Lane como su esposa, y la de Shia LaBeouf, que, a pesar de su estilo a veces controvertido, consigue comunicar la vulnerabilidad y la ambición de su personaje. La química entre los actores es palpable y contribuye a que las relaciones entre los personajes sean creíbles, incluso en este contexto absurdo. La película consigue explorar temas como la familia, el arrepentimiento y la búsqueda de la felicidad, aunque de una manera bastante subyacente y sin recurrir a clichés.

En cuanto al guion, se basa en una premisa sencilla pero efectiva: un grupo de personas, cada una con sus propias razones para participar, se embarca en una carrera a través de Estados Unidos. Lo que diferencia a esta película de otras películas de carreras es la falta de reglas y la naturaleza improvisada de la competencia. El guion no intenta ser profundo ni filosófico, y eso está bien. Se centra en las relaciones entre los personajes y en el desarrollo de la trama de manera orgánica. Sin embargo, hay algunos diálogos que resultan un poco forzados y algunos giros argumentales que no tienen mucho impacto emocional. La película, en general, es un vehículo para la acción y el entretenimiento, y cumple su función a ese nivel.

A pesar de sus defectos, “Los Locos del Cannonball 2” es una película entrañable y divertida. Es un guiño a los clásicos del cine de carretera, un tributo a la aventura y un recordatorio de que, a veces, lo más importante no es llegar primero, sino disfrutar del viaje. Es una película que te hace sonreír y pensar, y que te deja con una sensación de optimismo y libertad.

Nota: 7/10