Los más torpes del oeste 2 (1979)

“Los Más Torpes del Oeste 2” no es una obra maestra cinematográfica, ni pretende serlo. Más bien, es una celebración consciente del cine de género más kitsch y descarado, una película que se entrega a la diversión sin complejos y, en ese sentido, cumple con creces. La película, dirigida por David Gelb, se alimenta de la nostalgia de las comedias de vaqueros clásicas, pero sin la sofisticación ni el ingenio de aquellos pioneros. En lugar de intentar imitar a Sergio Leone o John Ford, se decide por un camino más directo, una parodia que disfruta de sus propios clichés y de la torpeza inherente a sus personajes.

La película se centra en los personajes de “El Sheriff” y “El Prehistórico”, dos individuos con una trayectoria criminal más larga de la que les gustaría admitir. Tras su breve estancia en la cárcel, se embarcan en una serie de desventuras hilarantes y a menudo absurdas. La dirección de Gelb se centra en la acción física y la comedia slapstick. Hay persecuciones trepidantes, situaciones embarazosas y momentos de pura demencia que, aunque no siempre son memorables, sí que generan risas genuinas. La película se beneficia enormemente de sus efectos especiales, que, aunque claramente artificiales y con un diseño visual llamativo, contribuyen a crear un universo visualmente estimulante y exagerado. La paleta de colores vibrante y los escenarios diseñados con un toque surrealista refuerzan la atmósfera de fantasía y desenfreno.

Las actuaciones son, en general, bastante decentes. Kurt Russell, como siempre, aporta un encanto particular a su papel, mostrando una despreocupación y un humor que complementan a la perfección el tono de la película. Walton Goggins, como el “Prehistórico”, ofrece un papel particularmente divertido, explotando al máximo la torpeza y la actitud despreocupada del personaje. Sin embargo, la película sufre de un guion que, en ocasiones, se vuelve repetitivo y carente de profundidad. Si bien las situaciones son divertidas, la estructura narrativa es predecible y los diálogos, aunque llenos de humor, a menudo resultan forzados. La trama, con sus numerosos giros y complicaciones, carece de la sutileza y el desarrollo que permitirían que los personajes se sintieran más reales y con motivaciones claras. La película no busca una historia trascendental, sino más bien entretener al espectador con momentos de comedia y acción.

En definitiva, “Los Más Torpes del Oeste 2” es una película entretenida, aunque superficial. No es una obra maestra, pero sí que ofrece una dosis saludable de diversión y nostalgia. Es una película que se puede disfrutar sin demasiada pretensión, y que seguramente resonará especialmente en aquellos que aprecien el cine clásico de género y la comedia pura y dura. Es una escapada, una invitación a la risa, un recordatorio de que, a veces, lo más importante es simplemente divertirse.

Nota: 6/10