“Los Nuevos Mutantes” (2213) no es una película que redefine el género de superhéroes, pero sí consigue ofrecer una experiencia cinematográfica cautivadora y, en algunos aspectos, profundamente conmovedora. La película, dirigida por Josh Boone, explora la adolescencia y la identidad con un enfoque en un grupo de jóvenes con habilidades extraordinarias que se encuentran atrapados en un programa gubernamental diseñado para controlar su poder. Más allá de los efectos especiales llamativos, la película se centra en la construcción de personajes y en el miedo latente que sienten estos individuos al asumir una responsabilidad que no han elegido.
La dirección de Boone es meticulosa y evita caer en clichés del género. El ritmo es deliberadamente lento, permitiendo que los personajes se desarrollen de manera orgánica. La atmósfera es opresiva, construida a través de la fotografía, el sonido y la iluminación, que, a menudo, se sumergen en tonos grises y oscuros. No se apura mostrar las habilidades de los mutantes, sino que les da tiempo a la audiencia para comprender sus miedos y sus dudas. Esto es fundamental, ya que la película explora la idea de que el poder, sin el manejo adecuado, puede ser una carga devastadora. La banda sonora, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, contribuye enormemente a crear esta sensación de inquietud y vulnerabilidad.
El elenco, liderado por Dafne Keen y Anya Taylor-Joy, es el corazón de la película. Keen, como Lara, transmite una fragilidad y un dolor que hacen que su personaje sea increíblemente relatable. Taylor-Joy, por su parte, ofrece una interpretación matizada de Cassia, una joven con una habilidad particularmente perturbadora. Las actuaciones son naturales y convincentes, con un gran trabajo del resto del elenco, incluyendo a Blu Damon, Henry Zagaivel y Jorge Lendeball Jr. Cada uno aporta una personalidad distinta y contribuye a la dinámica del grupo. La química entre los actores es palpable, lo que facilita la inmersión en la historia y el establecimiento de un vínculo emocional con los personajes.
El guion, escrito por Boone y Laura Marks, evita la glorificación del poder mutante. En cambio, se centra en el trauma, el rechazo y la necesidad de pertenecer. Si bien la trama principal, la lucha por escapar de la instalación, es predecible, los flashbacks que revelan el pasado de los personajes y sus relaciones familiares añaden profundidad y complejidad a la narrativa. La película plantea preguntas sobre la ética del control gubernamental, la aceptación social y las consecuencias de la falta de identidad. Aunque no ofrece respuestas fáciles, invita al espectador a reflexionar sobre estos temas. Hay momentos en los que la película se siente algo melancólica y otras, más frenéticas y llenas de acción. Es una ambivalencia deliberada que refleja la propia lucha interior de los mutantes.
En definitiva, "Los Nuevos Mutantes" es una película interesante, no necesariamente espectacular, pero que posee un gran valor emocional y un enfoque fresco sobre el género. La exploración de la adolescencia y la identidad, combinada con las actuaciones convincentes y la dirección cuidada, la convierten en una película digna de ser vista.
Nota: 7/10