Los osos no existen (2022)

(FA) · Drama · 1h 47m

Póster de Los osos no existen
Media
1.1 /10

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Dónde ver Los osos no existen

La película Los osos no existen está disponible para ver online a través de la plataforma de streaming: Filmin. Consulta a continuación dónde puedes verla directamente.

Sinopsis

Dos historias de amor paralelas en las que los deseos de las parejas se ven frustrados por obstáculos ocultos e inevitables, la fuerza de la superstición y la mecánica del poder.

Ficha de la película

Título original

خرس نیست


Estreno


Géneros

Idioma original

FA


Dirección

Guionista

Jafar Panahi


Reparto principal de Los osos no existen

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Los osos no existen.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Los osos no existen

Nuestra crítica de Los osos no existen

Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.

Por el equipo de Programación en Directo

En "Los osos no existen" confluyen dos historias de amor paralelas en las que los deseos de las parejas se ven frustrados por las fronteras, las mecánicas del poder y la identidad iraní. "Es un ingenioso juego de espejos, es una ruptura de todos los límites narrativos. (...) Es un retrato de los miedos a los que se enfrentan los ciudadanos de su país. Los miedos del propio director. Un gesto épico que funciona mejor que sus apuestas anteriores" (Pepa Blanes en la Cadena SER).

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Los osos no existen. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Gonzalo Ibáñez
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (7.0/10)

“Los osos no existen” es, en su esencia, una película que se sumerge en la atmósfera densa y melancólica de una pequeña ciudad rural en la España profunda, donde las raíces del pasado se aferran con tenacidad a la vida de sus habitantes. La dirección de María León es notablemente sutil, empleando un enfoque visual que prioriza la contemplación y la sugerencia sobre la exposición directa, creando un ambiente opresivo que se infiltra en el espectador desde el primer momento. No se busca el drama explosivo, sino la construcción paulatina de una sensación de inquietud, de que algo siniestro está a punto de desbordarse. Esta delicadeza en la dirección es a la vez una fortaleza y, en ocasiones, una debilidad, ya que puede generar cierta lentitud que podría frustrar al público acostumbrado a narrativas más resolutivas.

La película se estructura alrededor de dos historias de amor aparentemente inconexas: la de Elena, una mujer que regresa a su pueblo natal tras una larga ausencia, y la de Miguel, un joven que lucha por liberarse de la sombra de una maldición familiar. Si bien ambas narrativas se desarrollan con un ritmo medido, el guion, adaptado de la novela de Juan Gómez-Jurado, explora con profundidad temas como la superstición, la memoria, el dolor y el poder de las creencias. La conexión entre las dos tramas se revela gradualmente, a través de símbolos recurrentes y una tensión palpable que se alimenta de los secretos que se ocultan bajo la superficie de la comunidad. Sin embargo, en algunos momentos la trama principal se diluye un poco, y el ritmo se vuelve excesivamente contemplativo. La película podría beneficiarse de una mayor claridad en la presentación de ciertos elementos de la historia.

El reparto es, en su mayoría, excelente. Natxo López se muestra particularmente convincente como Miguel, transmitiendo con honestidad el conflicto interno del personaje, su frustración y su desesperación. Elena, interpretada por Bárbara Goenaga, aporta una profundidad emocional considerable a su papel, y su mirada transmite una mezcla de dolor, resignación y una búsqueda incesante de respuestas. Las actuaciones secundarias son sólidas, y contribuyen a la creación de un retrato auténtico y creíble de la comunidad. Particularmente memorable es la interpretación de Juan Gómez-Jurado como el anciano y sabio del pueblo, cuya sabiduría y melancolía se transmiten a través de miradas y gestos.

Visualmente, la película es hermosa, aunque a veces un poco demasiado oscura. La fotografía de Guillermo Bellón juega un papel fundamental en la creación del ambiente, utilizando paletas de colores apagados y una iluminación natural que enfatiza el aislamiento y la atmósfera de misterio. La banda sonora, compuesta por Javier Mas, es minimalista pero efectiva, subrayando los momentos de tensión y evocando la melancolía inherente a la historia. A pesar de algunos momentos de lentitud, "Los osos no existen" es una película que permanece en la memoria, invitando a la reflexión sobre los límites de la superstición, el peso del pasado y la naturaleza humana. Es un drama psicológico inquietante y bien ejecutado, aunque quizás no para todos los gustos.

Nota: 7/10

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