“Los perros de mi mujer” (Los perros de mi esposa, en su versión original) es una comedia familiar que, a primera vista, podría parecer un simple ejercicio de humor sobre la obsesión de un hombre por un nuevo perro. Sin embargo, tras una visión más detenida, se revela como una película sorprendentemente sutil y con un trasfondo emocional que invita a la reflexión. La dirección de Roger Denkert, aunque no arrolla con efectos visuales ostentosos, logra crear una atmósfera realista y cotidiana, logrando que el espectador se sienta inmerso en la vida de la familia Peterson.
La película se centra en la frustración de Fran, interpretada con una vulnerabilidad magnética por Diane Keaton. La actriz transmite con maestría la desilusión de una mujer que ve su vida familiar desequilibrarse cuando su marido, Mark (Harry Connick Jr.), se obsesiona con un enorme danés que no puede ser amamantado por su propia perra salchicha campeona de belleza. Connick Jr., por su parte, ofrece una actuación equilibrada. Si bien su personaje puede parecer un simple idiota mimado en un primer momento, la película logra profundizar en sus motivaciones, mostrándonos un hombre que anhela sentirse deseado y valorado. La química entre Keaton y Connick Jr. es notable y juega un papel fundamental en el desarrollo de la historia, permitiendo al espectador conectar con sus personajes y con sus luchas internas.
El guion, en general, cumple con las expectativas de un thriller familiar, pero es la sensibilidad con la que se aborda el tema de la inseguridad, la envidia y la búsqueda de afecto lo que eleva la película por encima de lo puramente cómico. La trama, aunque predicha en algunos aspectos, está bien construida y mantiene el interés del espectador hasta el final. La relación entre Fran y su perra, Lulu, es especialmente conmovedora, mostrando la lealtad y el amor incondicional de un animal por su familia. No obstante, hay algunos momentos de diálogo que podrían haber sido más elaborados, y la resolución del conflicto principal se siente un poco apresurada. El ritmo de la película es constante, pero se podría haber intensificado en algunos puntos clave.
“Los perros de mi mujer” no es una obra maestra cinematográfica, pero sí un entretenimiento sólido y agradable. Es una comedia familiar que, además de hacer reír, invita a la reflexión sobre la importancia de la comunicación y el amor en la familia. La película destaca por la buena actuación de Diane Keaton y por su tratamiento sutil de temas complejos como la envidia, la inseguridad y la búsqueda de reconocimiento. Si buscas una película ligera y entretenida para ver con la familia, "Los perros de mi mujer" es una opción recomendable. El humor no es excesivamente agresivo, sino que se basa en situaciones cotidianas y personajes con los que el espectador puede identificarse.
Nota: 7/10