Los Pitufos: La aldea escondida (2017)

“Los Pitufos: La Aldea Escondida” no es una película que redefine los límites de la animación, ni mucho menos. Sin embargo, sí logra un considerable regreso a las raíces del universo creado por Peyo, ofreciendo una experiencia nostálgica y visualmente atractiva para los fans de la serie original. Kelly Asbury, la directora, ha logrado un equilibrio entre la familiaridad y la aventura, reconociendo el legado del cómic al tiempo que intenta construir una narrativa que sea dinámica para un público más joven y contemporáneo.

La película se centra en la búsqueda de Pitufina, una pitufa que, como buen protagonista de cuento, se siente insignificante en una aldea donde cada uno cumple con su función. Este sentimiento de búsqueda de identidad es el motor principal de la trama, y Asbury lo explora con un humor tierno y un toque de melancolía. La premisa, aunque sencilla, es suficiente para iniciar una aventura repleta de obstáculos y personajes secundarios, como el siempre amenazante Gargamel, que funciona más como una caricatura del villano, una amenaza constante pero sin demasiada profundidad. Su diseño, sin embargo, es impecable y contribuye a la atmósfera general de la película.

Las actuaciones de los pitufos, en realidad, son más bien la expresión de un guion bien escrito que explota al máximo la personalidad de cada uno. Los hermanos, Filósofo, Valiente y Torpe, son memorables por su particular idiosincrasia, una mezcla de ingenuidad y valentía que les otorga un encanto innegable. Sin embargo, la voz de Pitufina, interpretada por Francia Raisa, es el elemento que realmente da vida a la protagonista, dotándola de la determinación y la vulnerabilidad necesarias para hacerla creíble. No obstante, es importante señalar que la película depende en gran medida de la comedia visual y de las situaciones absurdas, que, aunque efectivas, pueden resultar repetitivas para algunos espectadores.

La dirección de arte y la animación son, en general, muy buenas. Se aprecia un gran cuidado en los detalles, especialmente en el diseño de la "aldea escondida" y en los paisajes del Bosque Encantado. Los efectos visuales, bien integrados, añaden dinamismo a la narrativa. Sin embargo, la película podría haber beneficiado de un guion más complejo y de un desarrollo de los personajes más profundo. A pesar de la premisa interesante, la trama se resuelve de una forma algo apresurada, dejando algunas preguntas sin respuesta y dejando un sabor agridulce al final. No obstante, “Los Pitufos: La Aldea Escondida” es un entretenimiento agradable para toda la familia, con un encanto evidente y una fuerte conexión con su origen, el clásico cómic de Peyo. Se trata de un reencuentro familiar con personajes entrañables y un universo que, a pesar de sus limitaciones, sigue manteniendo un atractivo innegable.

Nota: 7/10