Los Profanadores de Tumbas (2006)

“Los Profanadores de Tumbas” (Tomb Raiders) es una película que, en su conjunto, logra un equilibrio interesante entre elementos de terror clásico y un intento modernizado. La premisa, aunque sencilla, tiene el potencial de ser un relato de fantasmas eficaz, y la película lo intenta con valentía, aunque no siempre con éxito. La historia se centra en la imprudencia de tres amigos mayores que, tras una noche de excesos, invaden un cementerio y provocan una maldición que los persigue implacablemente. No es una obra maestra, ni mucho menos, pero sí consigue mantener un tono de tensión constante que, para algunos espectadores, puede resultar inquietante.

La dirección de Neil Marshall, conocida por su trabajo en "Rage" y "The Descent", se nota en la atmósfera que logra crear. Marshall, como siempre, se centra en el terror visceral y en la presentación de escenas impactantes. Las imágenes de los espíritus vengativos, con sus deformaciones grotescas y sus ataques brutales, son visualmente efectivas y, en ocasiones, incluso perturbadoras. Hay una estética cuidada en la fotografía, que utiliza la oscuridad y la iluminación contrastada para construir una sensación de claustrofobia y amenaza. Sin embargo, a veces la sobreexposición de los efectos especiales resta impacto a las escenas más críticas y diluye el suspense que se busca generar. Marshall, aunque no es un director de terror de vanguardia, demuestra su habilidad para dirigir escenas de acción intensas y sangrientas, lo cual es un punto fuerte de la película.

El reparto es sólido, aunque ninguno de los actores brilla particularmente. Angus MacLeod, como el veterano y gruñón Thomas, aporta un matiz de humor negro que ayuda a aligerar el tono de la película. Rebecca Ferguson, en su papel de la esposa de uno de los amigos, ofrece una actuación convincente, transmitiendo la desesperación y el miedo de una mujer que se ve envuelta en una situación incomprensible. El resto del elenco, en su mayoría, cumple su cometido sin grandes destellos. Lo que sí se puede señalar es que la química entre los tres amigos centrales es bastante buena, lo que contribuye a la credibilidad de sus interacciones y a la sensación de que realmente están en peligro.

El guion es, sin duda, el punto más débil de la película. Si bien la idea inicial es interesante, la ejecución resulta a veces predecible y carente de profundidad. Los diálogos son a menudo forzados y la motivación de los espíritus vengativos no está del todo clara. Se recurre a clichés del género de terror, como la maldición ancestral y los rituales ocultos, sin ofrecer ninguna nueva perspectiva. El ritmo de la película es irregular, alternando momentos de tensión sostenida con escenas de acción que, aunque visualmente efectivas, se sienten un poco desconectadas de la trama principal. Se esperaría que el guion explorara más las implicaciones emocionales de la situación para los protagonistas, pero se centra principalmente en la acción y el espectáculo. En definitiva, la película podría haber beneficiado de una mayor atención a la construcción de personajes y una narrativa más compleja.

Nota: 6/10