Los rescatadores en Cangurolandia (1990)

“Los rescatadores en Cangurolandia” es, en esencia, una película para niños, pero a menudo, las películas para niños pueden ser mucho más que simples entretenimiento infantil. Esta producción, con un presupuesto aparentemente modesto, logra sorprender por su ritmo, su exuberante localización y la capacidad de evocar una sensación de aventura genuina, aunque no siempre con la profundidad dramática que podría haber buscado. La película nos transporta a la inexplorada selva australiana, un telón de fondo visualmente atractivo que, sin duda, es uno de sus mayores puntos fuertes. La fotografía captura la exuberancia de la naturaleza, los colores vibrantes y la humedad palpable de la selva, creando un ambiente que, a pesar de ser artificial, logra transmitir una sensación de inmensidad y misterio.

La trama, centrada en la misión de los agentes secretos ratones para rescatar a Cody y su águila, es bastante sencilla y predecible. Sin embargo, el guion, aunque directo, juega a favor de la acción y la comedia, elementos que son cruciales para mantener el interés de su público objetivo. Se centra en la resolución de problemas de una forma didáctica, introduciendo conceptos sobre la importancia de la naturaleza, la amistad y el coraje. No obstante, la profundidad de los personajes es limitada. Los ratones, liderados por el incansable Capitán Ben, son arquetipos clásicos de espías: el líder audaz, el experto tecnológico y el joven con habilidades especiales. Sus motivaciones son puramente heroicas y su desarrollo personal es prácticamente inexistente. La antagonización del cazador furtivo, aunque presente, es algo superficial, careciendo de una verdadera justificación moral que lo convierta en un villano memorable.

La dirección de Roger Stanton se nota en la puesta en escena dinámica y en la organización de las escenas de acción, que son las que realmente destacan. Las persecuciones, con el equipo de ratones utilizando gadgets ingeniosos y creando obstáculos improvisados, son trepidantes y visualmente efectivas, utilizando el entorno natural de forma inteligente para generar suspense. El uso del sonido, tanto en la banda sonora como en los efectos especiales, contribuye a la inmersión del espectador en la aventura. En cuanto a las actuaciones, aunque no esperemos interpretaciones magistrales, los actores de voz cumplen su cometido, transmitiendo la personalidad y las emociones de sus personajes con convicción. El actor que interpreta a Cody es particularmente prometedor, aportando un toque de vulnerabilidad y determinación al personaje.

Finalmente, "Los rescatadores en Cangurolandia" ofrece una experiencia cinematográfica ligera y entretenida. No es una obra maestra de la narrativa o la dirección, pero logra cumplir su objetivo principal: divertir a su público objetivo. Es una película que, sin duda, despertará la imaginación de los niños y los invitará a reflexionar sobre la importancia de la conservación del medio ambiente. Se trata de un producto audiovisual destinado a un nicho específico y, en ese sentido, lo hace con éxito.

Nota: 6/10