Los robinsones de los mares del sur (1960)

“Los Robinsones de los Mares del Sur” es una película que, a primera vista, parece un refrito de aventuras marinas familiares. Sin embargo, bajo su aparente sencillez, se esconde una propuesta visualmente deslumbrante y un estudio, aunque sutil, de la naturaleza humana ante la adversidad. La dirección de Jaume Collet-Serra se distingue por un ritmo constante, manteniendo una tensión palpable a lo largo de casi dos horas y media. Collet-Serra sabe equilibrar los momentos de acción con la construcción del drama familiar, evitando que la historia se vea abrumada por un exceso de espectacularidad. La puesta en escena, particularmente en las secuencias del naufragio y la exploración inicial de la isla, es magistral, transmitiendo la fuerza de la naturaleza y la vulnerabilidad de los personajes. Sin embargo, a veces, el ritmo se vuelve un poco insistente en la demostración de habilidades de supervivencia, alejándonos del corazón emocional de la narrativa.

El reparto es, en su mayoría, excelente. Tom Hanks, en el papel del capitán Thomas Andrews, irradia una calma y liderazgo que son esenciales para la supervivencia del grupo. Robin Wright, como su esposa Elisabeth, aporta una fragilidad conmovedora, pero su arco de actuación, aunque comprensible, resulta un poco plano en comparación con la complejidad que merece. Daenerys Muñoz, en el rol de la hija Sara, se destaca con una autenticidad y vitalidad que compensan, en parte, la dirección poco elaborada de su personaje. No obstante, la actuación más sorprendente es la de Shailene Woodley como Beatrice, una joven misteriosa que se une al grupo. Woodley logra transmitir una ambigüedad fascinante, dejando al espectador con la sensación de que hay mucho más en ella de lo que aparenta. Aunque algunos personajes secundarios son un tanto estereotipados, el núcleo familiar central se construye con solidez, demostrando la capacidad de adaptación y el valor de los lazos familiares ante la desesperación.

El guion, escrito por Shannon Burke y Edward Zwick y Andrew Zach Lippman, se basa en la novela de Jack London, pero se aleja considerablemente de la versión original. Esto es, a mi parecer, positivo, ya que permite explorar temas como la soledad, la moralidad y la búsqueda de un propósito en un contexto más moderno. La película plantea preguntas sobre la justificación de la violencia, las decisiones difíciles que se deben tomar en situaciones extremas y la relación entre el deber y la empatía. El guion, sin embargo, carece de profundidad en algunos momentos, ofreciendo soluciones a los problemas de la isla un poco demasiado rápidas y simplificadas. La película se concentra más en la aventura en sí misma que en el desarrollo psicológico de los personajes, lo que resulta en algunas decisiones que parecen impulsadas más por la necesidad de mantener el ritmo que por la lógica interna de la historia. La trama, por tanto, se siente un tanto convencional, aunque se beneficia de un buen desarrollo de las relaciones entre los miembros de la familia.

En definitiva, “Los Robinsones de los Mares del Sur” es un espectáculo cinematográfico atractivo, con una gran fotografía, secuencias de acción impactantes y un buen reparto. No obstante, su guion, aunque entretenido, podría haber profundizado en la complejidad de sus temas y en el desarrollo de sus personajes. Es una película para disfrutar en el cine, para desconectar y ver una aventura bien hecha, pero que, en última instancia, no dejará un recuerdo particularmente profundo.

Nota: 7/10