Los tres entierros de Melquiades Estrada (2005)

“Los tres entierros de Melquiades Estrada” es una obra maestra del cine americano, un western melancólico y reflexivo que se queda contigo mucho después de que los créditos finales hayan rodado. Vicente Amoroso, en su debut como director, entrega una película que, más allá de las convenciones del género, explora temas profundos como la amistad, la inmigración, la lealtad y la pérdida, todo ello envuelto en un paisaje árido y desolador que refleja la soledad de sus personajes.

La película se centra en Pete Perkins, interpretado magistralmente por Tommy Lee Jones, un veterano de Vietnam que se encuentra en una situación precaria. La muerte de su amigo Melquiades Estrada, un vaquero mexicano que había luchado junto a él en Vietnam, lo lleva a una implacable búsqueda de justicia. No se trata de una venganza impulsiva, sino de un proceso de búsqueda de respuestas y de intentar entender cómo una amistad tan profunda puede ser brutalmente interrumpida. Jones ofrece una actuación sobria y cautivadora, transmitiendo la desesperación, la frustración y la dignidad de un hombre que se siente desarraigado y desorientado.

La dirección de Amoroso es notablemente sutil y atmosférica. Evita los clichés del género, priorizando la construcción de personajes complejos y la creación de un ambiente opresivo. La fotografía de Hoy Michael se destaca por su belleza austera, capturando la inmensidad del paisaje y la dificultad de la vida en el oeste americano. La banda sonora, compuesta por Del Beau, complementa a la perfección la narrativa, añadiendo capas de melancolía y tensión.

El guion, adaptado de una novela de Cormac McCarthy, es inteligente y evocador. La novela se trasladó a la pantalla con una fidelidad respetuosa, manteniendo la voz narrativa cruda y la honestidad de McCarthy. La película no ofrece soluciones fáciles ni finales felices; la complejidad de la historia reside en la ambigüedad moral y en la aceptación de las consecuencias de nuestras acciones. La exploración de la identidad y la experiencia mexicana en un entorno hostil es particularmente poderosa. La actuación de Javier Bardem como Melquiades Estrada, aunque con un papel relativamente limitado, es memorable, irradiando una mezcla de calma, sabiduría y una profunda conexión con la tierra.

“Los tres entierros de Melquiades Estrada” es una película que requiere paciencia y atención, pero que recompensa al espectador con una experiencia cinematográfica inolvidable. Es un western diferente, que desafía las expectativas del género y nos invita a reflexionar sobre la naturaleza humana, la identidad y el precio de la lealtad. No es un entretenimiento ligero, pero es, sin duda, una obra maestra del cine.

Nota: 9/10