Lovelace (2013)

‘Lovelace’ es, en esencia, una reconstrucción de la vida de Linda Boreman, una figura compleja y, a menudo, malinterpretada. La película de Carey Williams no se limita a recontar la historia de la estrella del porno que saltó a la fama en ‘Garganta Profunda’, sino que se adentra en los detalles sombríos que la rodearon, construyendo un retrato de una mujer marcada por el trauma y la manipulación. El fallo inicial de la película –a menudo criticada por ser una mera adaptación de la vida de Linda Lovelace– resulta ser, en realidad, una de sus mayores fortalezas, ya que permite a Williams construir un relato sorprendentemente empático y a la vez brutalmente honesto.

La dirección de Carey Williams es firme y visualmente impactante. La película está llena de una estética retro, evocando la época en la que Linda Lovelace vivió, pero sin caer en una mera recreación visual. Se utilizan colores saturados, juegos de luz y sombras, y una fotografía que no rehuye las escenas de sexo, pero que, lo que es más importante, las integra en el flujo narrativo de manera que no se convierten en el foco principal. Más allá de la representación explícita, la película se preocupa por el espacio y la atmósfera, transmitiendo la sensación de opresión y control que experimentaba Linda. La banda sonora, a menudo instrumental y con un toque de jazz, complementa magistralmente el tono melancólico y desesperado de la historia.

El núcleo de la película reside en la actuación de Mia Goth. Es una interpretación verdaderamente convincente, que va más allá de la mera imitación de la figura pública. Goth captura la vulnerabilidad, la inteligencia y la rabia latente en Linda. Su mirada, a menudo llena de tristeza y determinación, es el motor emocional de la película. La relación entre Linda y Victor Martel (Peter Varga), el productor y director de ‘Garganta Profunda’, es el corazón de la trama y se desarrolla con una tensión palpable, una danza de poder y manipulación. La química entre ambos actores es excepcional, contribuyendo a la complejidad de la historia. Goth se transforma completamente, mostrando una profundidad de actuación que no había sido vista hasta entonces.

El guion, coescrito por Carey Williams y Mike Schwartz, se beneficia de una narrativa no lineal. La película salta entre el presente, donde Linda está intentando reconstruir su vida y exponer la verdad sobre lo sucedido, y flashbacks que revelan los eventos que la llevaron a la fama y al trauma. Este recurso permite a la película explorar la mente de Linda, sus recuerdos fragmentados y su lucha por recuperar el control de su propia historia. Si bien algunas partes del guion podrían beneficiarse de una mayor sutileza, la estructura general es efectiva para construir un relato que es a la vez informativo y emocionalmente resonante. La película aborda temas como el consentimiento, la explotación y el abuso de poder con una honestidad rara vez vista en el cine, generando un debate necesario sobre la representación de las víctimas y la verdad detrás de la fama.

Nota: 8.5/10