“Loving” no es una epopeya hollywoodense, ni un drama explosivo con persecuciones y diálogos mordaces. Es, sencillamente, una película profundamente humana y conmovedora sobre la resistencia silenciosa de una pareja frente a la injusticia. Jeff Nichols, a pesar de su estilo a menudo contemplativo, entrega una dirección notablemente delicada, buscando la intimidad en cada escena y evitando caer en melodramas fáciles. Su tratamiento del material, basado en un caso real pero poco conocido, es respetuoso con la verdad y con la vulnerabilidad de sus personajes.
El corazón de la película reside, sin duda, en las actuaciones de Ruth Negga y Michael Shannon. Negga, interpretando a Mildred, ofrece una actuación sutil pero poderosa, mostrando con gran precisión el crecimiento de una mujer que va de ser una chica del campo de Virginia, acostumbrada a las convenciones sociales, a una activista firme y decidida. No se trata de una transformación radical, sino de un proceso gradual de autodescubrimiento y la aceptación de sus convicciones. Shannon, por su parte, logra una profundidad inquietante al retratar a Richard, un hombre sencillo y trabajador que, pese a su aparente falta de idealismo, se ve arrastrado a una batalla por la libertad de su familia. Su interpretación es llena de matices, mostrando su frustración, su miedo y su creciente determinación.
El guion de Nichols y Bob Pulcini es magistral en su sencillez. Evita adornos innecesarios y se centra en el día a día de Mildred y Richard, en sus conversaciones, en sus pequeños rituales. La película se construye a partir de la repetición de pequeñas escenas que, a su vez, acumulan significado. La lentitud del ritmo, a veces, puede resultar un obstáculo para algunos espectadores, pero es precisamente esa lentitud lo que permite que el espectador se sumerja en la vida de la pareja y comprenda la magnitud de su lucha. La película no se centra en los debates legales, sino en el impacto emocional de la discriminación, en la desintegración de la familia y en la lucha por mantener la esperanza. Es una película que te hace pensar, que te hace cuestionar las normas y las creencias arraigadas. La ausencia de un sonido de fondo potente, la deliberada estética “vintage” y la autenticidad de los escenarios contribuyen a crear una atmósfera cruda y realista.
“Loving” es una película que, a pesar de su temática delicada, no es desalentadora. Es una prueba de que la lucha por la igualdad y la justicia no siempre se libra en las plazas de toros o en los tribunales, sino en la vida cotidiana, en las pequeñas decisiones y en la fuerza del amor. Es una película que merece ser vista y recordada, no solo por su valor histórico, sino por su capacidad de conectar con el espectador a un nivel emocional profundo.
Nota: 8/10