Lunes tormentoso (1988)

“Lunes tormentoso” (Rain Man) es un drama familiar que, más allá de su premisa conmovedora – la llegada de un hermano, prácticamente un autista, a la vida de un hombre de negocios superficial – se erige como un estudio profundo sobre la redención, la empatía y el precio del egoísmo. Kevin Kramer, en su debut al timón, demuestra una sensibilidad notable y una habilidad para construir atmósferas densas y cargadas de emoción, aunque con algunas limitaciones en el desarrollo de ciertos personajes secundarios.

La dirección de Kramer se distingue por una atención meticulosa al detalle, en especial en la representación de la percepción sensorial de Raymond (Dustin Hoffman), el protagonista autista. La película no se limita a mostrar el mundo a través de los ojos de Raymond; lo traduce visualmente, creando imágenes oníricas y a veces inquietantes que capturan su confusión, su miedo y su conexión innegable con el sonido y la luz. El uso del color es particularmente eficaz: los espacios interiores, saturados en tonos cálidos y terrosos, contrastan con las calles húmedas y grises de la Los Ángeles de los años 70, subrayando la dualidad entre el mundo interior y el exterior de Raymond.

Dustin Hoffman ofrece una interpretación magistral, no solo por la dificultad física de interpretar a un hombre con autismo, sino por la profundidad emocional que aporta al papel. La transformación de Jackman, el protagonista que se debate entre su ambición profesional y la necesidad de comprender a su hermano, es creíble y visceral. Hoffman logra transmitir la vulnerabilidad, la inocencia y el asombro de Raymond con una sutileza que evita la caricatura. Hoffman se entrega por completo al personaje, y su actuación es la columna vertebral de la película.

Si bien la historia en sí es relativamente convencional, el guion, coescrito por Valerie Faris y Lisa Gottlieb, se beneficia de un diálogo natural y un ritmo pausado que permiten desarrollar la relación entre los hermanos. Sin embargo, algunos personajes secundarios, como el jefe mafioso, aparecen algo planos y su motivación no está del todo desarrollada. La trama, aunque efectiva, carece de la complejidad narrativa que podría haberla elevado a un nivel superior. La presión ejercida por el mafioso es un catalizador importante, pero su presencia no se extiende más allá de las escenas cruciales, limitando su impacto en la narrativa.

La banda sonora, con piezas de jazz y música clásica, es omnipresente y contribuye a crear una atmósfera melancólica y evocadora, reflejando el estado emocional de los personajes. La película explora el tema del perdón, no solo hacia Raymond, sino también hacia uno mismo. El viaje emocional de Jackman es, en última instancia, la verdadera fuerza de "Lunes tormentoso". Es una película que te obliga a cuestionar tus propios prejuicios y a abrir tu corazón a la posibilidad de la conexión humana, incluso en las formas más inesperadas.

Nota: 7.5/10