Machete Kills (2013)

“Machete Kills” es, en su esencia, una celebración del exceso y una burda pero efectiva parodia del cine de acción exagerado de los 80 y principios de los 90. Danny Trejo, que ha construido una carrera admirable basada en su presencia física y su letalidad, brilla como el titular, Machete, un sicario mercenario cuya reputación precede a él. Su actuación es, sin duda, el corazón palpitante de la película, una mezcla perfecta de silencioso letalidad y la ocasional y muy marcada frustración cuando el guion le impide mostrar toda su complejidad. Trejo no solo se limita a matar; a veces, con una mirada o una mueca, transmite la amargura de un hombre consumido por su pasado y por las circunstancias que lo han convertido en un asesino a sueldo.

Robert Rodriguez, quien dirige y co-escribe, se entrega con entusiasmo a la parodia, utilizando toques de humor negro y situaciones absurdas. El estilo visual es deliberadamente tosco y vibrante, con colores saturados, planos rápidos y explosiones coreografiadas que recuerdan a las películas de acción de Sergio Leone pero con una estética contemporánea. A veces, este enfoque puede parecer un poco descarado, pero en realidad sirve para enfatizar el tono de comedia de la película. No obstante, la dirección también presenta momentos de genuina tensión, especialmente en las secuencias de acción más elaboradas, donde Rodriguez demuestra su habilidad para crear escenas de lucha dinámicas y espectaculares.

Mel Gibson, aunque en un papel relativamente pequeño, aporta un toque de carisma malicioso a la figura de Luther Voz. Su interpretación es memorable, aunque su personaje es, en general, un arquetipo simplista y caricaturesco. La película no se preocupa por profundizar en la motivación de Voz, centrándose más en su capacidad para crear caos y su sed de poder. El resto del elenco de acompañantes, con actores como Sofía Vergara, Jessica Alba y Guillermo del Toro, aporta variedad y, en algunos casos, un toque de genuina diversión.

El guion, sin embargo, es la debilidad principal de la película. Aunque la premisa es intrigante –un arma espacial, un líder mundial megalómano–, la ejecución es a menudo torpe y las diálogos, repetitivos e innecesariamente largos. Se recurre demasiado a clichés del género y a situaciones que parecen sacadas directamente de un libro de manuales de escritura de guiones de baja calidad. A pesar de algunos momentos de ingenio, la película se pierde en la exageración y la falta de una estructura narrativa sólida. El ritmo es errático, alternando entre escenas de acción frenéticas y pausas innecesarias que interrumpen el flujo de la historia.

A pesar de sus defectos, “Machete Kills” tiene un cierto encanto. Es una película que se disfruta mejor con una actitud relajada y la expectativa de que sea una experiencia poco convencional. No es una obra maestra cinematográfica, pero es un entretenimiento brutal y divertido, un ejemplo perfecto de cómo un equipo talentoso puede crear algo memorable a pesar de un guion mediocre. Es un festín visual para los amantes del cine de acción directo, incluso si admiten que no es particularmente inteligente.

Nota:** 6/10