Madre! (2017)

“Madre!” es una experiencia cinematográfica inquietante y perturbadora, una de las propuestas más originales y desafiantes del cine reciente. Darren Aronofsky, conocido por su estilo visualmente impactante y su capacidad para explorar la psique humana, entrega una película que no busca complacer, sino que confronta al espectador con la fragilidad de la identidad y la posibilidad de perder el control de la propia realidad. La película, protagonizada por Jennifer Lawrence, se presenta como un estudio de paranoia y desintegración mental, y lo consigue con una precisión escalofriamente efectiva.

La actuación de Jennifer Lawrence es, sin duda, el pilar fundamental de la película. Lawrence entrega una interpretación magistral, convirtiéndose en la encarnación de una mujer al borde del colapso. Su personaje, Andrea, no es una heroína tradicional; es vulnerable, atormentada y presa de una creciente ansiedad que la lleva a cuestionar su propia percepción de la realidad. Lawrence evita cualquier recurso melodramático, optando por una actuación sutil pero devastadora, basada en la observación meticulosa de los pequeños detalles que revelan el deterioro mental de su personaje. La tensión se transmite a través de sus ojos, de sus gestos, de la silenciosa desesperación que la carcome. Javier Bardem, aunque con un papel más limitado, aporta una presencia inquietante como el marido, ofreciendo destellos de un comportamiento que, gradualmente, se vuelve sospechoso y perturbador. La dinámica entre ambos personajes es tensa y creíble, alimentando la sensación de incomodidad que impregna la película.

El guion, escrito por Aronofsky y Karl Urban, se construye con una paciencia deliberada. La película se desarrolla lentamente, acumulando gradualmente la tensión y el miedo. La dirección de Aronofsky es, como siempre, impecable. Utiliza un lenguaje visual impactante, con planos cerrados, ángulos inusuales y una paleta de colores que oscila entre lo onírico y lo siniestro. La banda sonora, compuesta por Clint Mansell, es fundamental para crear la atmósfera de suspense y desasosiego que caracteriza a la película. Pero lo más importante es la forma en que el guion juega con la percepción del espectador, sembrando la duda constante sobre lo que es real y lo que es producto de la imaginación de Andrea. La película nunca ofrece respuestas fáciles, dejando al espectador en un estado de incertidumbre y confusión que perdura mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar.

“Madre!” no es una película para todos los públicos. Es un filme visceral, perturbador y que exige una atención plena por parte del espectador. No se trata de un thriller convencional con giros argumentales. Es una meditación sobre la fragilidad de la mente, la naturaleza del trauma y la dificultad de mantener la cordura en situaciones extremas. La película es una obra maestra del suspense psicológico, una experiencia cinematográfica que permanece en la memoria y que invita a la reflexión.

Nota: 8/10