Main Te Bapu (2022)

“Main Te Bapu” es una película que, en principio, podría pasar desapercibida en el saturado panorama cinematográfico indio. Sin embargo, bajo la superficie de su premisa aparentemente sencilla, se esconde una historia de familia, ambición y el peso del destino, narrada con una sensibilidad que logra, en última instancia, conmover al espectador. La película, dirigida por Syed Ahmed Gaffori, no pretende ser una grandiosa epopeya, sino más bien un retrato íntimo de la vida en un pequeño pueblo de Rajasthan y de las elecciones complejas que enfrentan sus habitantes.

La película se centra en Laali (Sanjeeda Sheikh), una joven que vive con su padre viudo, un hombre mayor y sencillo, y su novia, Mahi (Parmish Verma), una mujer que ejerce una atracción considerable. La motivación de Laali es clara: alcanzar su sueño de emigrar a Canadá y casarse, una meta que se ve obstaculizada por la necesidad de que su padre se case, lo que abre un dilema moral y personal que define el eje central de la trama. La película explora las dinámicas familiares con honestidad y sin juicios, presentando a todos los personajes con sus virtudes y defectos. El guion, en su mayoría, se centra en la construcción de la relación entre Laali y su padre, mostrando la complejidad de las emociones y el respeto mutuo que surge de su vínculo. Las escenas domésticas, rodadas con naturalidad y sin artificios, son particularmente efectivas para transmitir la atmósfera del pueblo y la realidad de sus habitantes.

Las actuaciones son, en general, sobresalientes. Sanjeeda Sheikh ofrece una interpretación convincente como Laali, transmitiendo la ambición, la vulnerabilidad y la determinación de la joven. Parmish Verma, en el papel de Mahi, aporta un aire de vitalidad y sensualidad que contrasta con la experiencia vital de su pareja. Aunque el papel de la pareja de su padre, en el que interviene un actor secundario, no es del todo desarrollado, la película se centra en las relaciones que realmente importan: Laali y su padre, y Laali y Mahi. No obstante, la película evita caer en clichés y explora las consecuencias emocionales de sus decisiones con un tratamiento humano y realista.

La dirección de Gaffori se caracteriza por su capacidad para capturar la esencia de la cultura rajasthani a través de la fotografía y el diseño de producción. La película no rehúye la belleza agreste del paisaje, pero tampoco idealiza la vida en el pueblo. La historia se desarrolla a un ritmo pausado, permitiendo que el espectador se sumerja en la vida de los personajes y se identifique con sus dilemas. La banda sonora, discreta pero melancólica, complementa a la perfección la atmósfera de la película. La película no busca soluciones fáciles ni finales felices convenientes; en cambio, se enfoca en el viaje emocional y psicológico de la protagonista, ofreciendo una reflexión sobre el valor de la familia, el coraje de perseguir los sueños y las consecuencias de nuestras decisiones.

Nota: 7/10