El peor trabajo de mi vida 2 (2024)

“El peor trabajo de mi vida 2” no es una obra maestra cinematográfica, ni pretende serlo. Sin embargo, la secuela de esta comedia familiar, dirigida por Marc Meyers, logra mantener una agradable sensación de ligereza y ofrece un entretenimiento justo y sin pretensiones. El filme no llega a elevar la apuesta de la primera entrega, pero sí se beneficia de una mejor definición de los personajes y de un ritmo más pulido.

La historia sigue a Milan (David Spade), que dirige un hogar de retiro para ancianos y huérfanos. La amenaza de los servicios sociales, con una trama claramente construida para generar conflicto y comedia, obliga a Milan a trasladar a sus residentes a un complejo turístico en el sur de Francia. El giro, que consiste en que el complejo está lleno de invitados inesperados, actúa como el catalizador de la hilarante situación. Meyers mantiene el humor, en su mayoría basado en los diálogos y las reacciones exageradas de los personajes, y evita caer en gags repetitivos o mal ejecutados, aunque a veces el tono se vuelve un poco forzado.

Las actuaciones son el punto fuerte de la película. David Spade, como siempre, ofrece un rendimiento sólido y divertido, mostrando su habitual sarcasmo y encanto. La química entre los actores, especialmente entre Spade y la veterana Shelley Duvall, que interpreta a la anciana Agnes, es excelente. También destacan las interpretaciones de Katey Sagal como la severa supervisora de la residencia, y de Tim Meadows, que aporta momentos de comedia física y situaciones absurdas. La película se beneficia enormemente de la experiencia de los actores, que logran transmitir la vulnerabilidad y la fortaleza de los personajes de forma convincente.

En cuanto al guion, no se distingue por originalidad. La premisa básica es sencilla y las situaciones que se plantean son bastante predecibles. Sin embargo, la escritura es funcional, construyendo un buen flujo narrativo y ofreciendo bastantes oportunidades para el humor. La película se atreve a explorar temas como el envejecimiento, la soledad y la importancia de la conexión intergeneracional, pero lo hace con un enfoque ligero y sin tomarse demasiada seriedad. Los diálogos, aunque a veces superficiales, son adecuados al tono general de la película y permiten que los personajes se desarrollen de forma convincente.

En definitiva, “El peor trabajo de mi vida 2” es una comedia familiar agradable y entretenida, que ofrece un buen rato en el cine. No es una película que dejará una huella imborrable, pero sí es un ejemplo de entretenimiento ligero y sin pretensiones, que puede resultar ideal para ver con la familia. La película logra mantener la esencia de la primera entrega, perfeccionando el ritmo y potenciando las interpretaciones.

Nota: 6/10