“Malcolm” (2023) es una película que se aferra a un concepto intrigante: la transformación de un genio introvertido en un criminal oportunista. Dirigida por Christopher Smith, la película se presenta inicialmente como un estudio de personaje, explorando las complejidades de la soledad y el aislamiento de Malcolm, un ingeniero mecánico con una mente brillante y una incapacidad flagrante para interactuar socialmente. La premisa es sólida, y el director logra, al menos en los primeros actos, generar cierta tensión y un palpable sentimiento de incomodidad. Sin embargo, la película, a pesar de sus intenciones, se pierde en un camino lleno de clichés y decisiones argumentales cuestionables que, en última instancia, desmerecen el potencial inicial.
La dirección de Smith, aunque competente en términos técnicos, no logra infundir una verdadera profundidad emocional a la historia. Las escenas que retratan la timidez de Malcolm, interpretada con honestidad por Daniel P. Rouke, son efectivas al principio, pero se vuelven repetitivas y, a veces, artificiales. La llegada de Frank, interpretado por la imponente y carismática Mary Lynn Rajskub, introduce un elemento de humor negro que, en teoría, debería ser un catalizador para el cambio de Malcolm. Sin embargo, la dinámica entre ambos se siente forzada y la evolución de su relación carece de credibilidad. La comedia, aunque presente, a menudo se siente fuera de lugar y desentonada con el tono general de la película.
El guion, aunque mantiene un ritmo constante, se ve lastrado por diálogos poco inspirados y situaciones que resultan inverosímiles. La justificación del camino criminal de Malcolm se presenta de manera superficial y carente de matices. La película no explora las posibles razones detrás de su aislamiento ni la naturaleza de su genio, dejándolos como elementos meramente decorativos para el conflicto central. Las escenas de acción, aunque brevemente coreografiadas, parecen sacadas de una película de serie B, despojadas de cualquier elemento de suspense o intriga. La trama, en general, se siente predecible y desprovista de sorpresas significativas.
La actuación de Mary Lynn Rajskub es, sin duda, el punto más fuerte de la película. Su personaje, Frank, es un estudio en sí mismo: un criminal desleal pero con una moral ambigua que oscila entre la compasión y la manipulación. Rajskub aporta una presencia imponente y una interpretación cautivadora a este papel, ofreciendo momentos de humor negro y profundidad emocional que contrastan con la actuación más plana de Rouke. No obstante, incluso su brillantez no es suficiente para salvar la película de sus problemas estructurales y narrativos.
En definitiva, "Malcolm" es una película con potencial desperdiciado. A pesar de algunos momentos prometedores y una interpretación destacada de Mary Lynn Rajskub, la película se ve afectada por un guion débil, una dirección poco inspirada y una falta de originalidad. El resultado es una producción que, en lugar de cautivar al espectador, deja una sensación de decepción.
Nota: 5/10
