“Maleficio (Thinner)” es un thriller psicológico que, aunque no logra alcanzar la gloria de sus predecesores, ofrece una experiencia visualmente impactante y un estudio perturbador de la culpa y la redención. Dirigida por Daniel Sackett, la película no se centra en el espectáculo de la obesidad, sino en el efecto devastador de un evento traumático en la psique de Billy, el protagonista, interpretado con una intensidad palpablemente real por Jake Gyllenhaal. Gyllenhaal ofrece una actuación sobresaliente, capturando con precisión la ambivalencia de un hombre atormentado, a la vez vulnerable y despiadado, exhibiendo una evolución sutil pero crucial a lo largo de la narrativa.
La película, ambientada en un entorno rural americano que se vuelve gradualmente claustrofóbico, se construye sobre una premisa inquietante: la reaparición repetida de la mujer que Billy atropella. Esta no es una fantasía infantil ni una escena de terror convencional; es una obsesión literal que se materializa en formas grotescas y horripilantes, forzando a Billy a confrontar los remordimientos que durante tanto tiempo ha enterrado. Sackett utiliza una dirección artística notable, empleando una paleta de colores apagados y un diseño de producción que intensifica la sensación de aislamiento y desasosiego. La película es visualmente muy cuidadosa, creando imágenes inquietantes y simbólicas que permean toda la narrativa. La iluminación y la composición de las escenas, especialmente aquellas donde la imagen de la mujer muerta es reflejada o distorsionada, son particularmente efectivas para generar tensión y una sensación constante de incomodidad.
El guion, aunque no especialmente novedoso en sus elementos estructurales, demuestra una gran habilidad para mantener al espectador en un estado de incertidumbre. La película no ofrece respuestas fáciles y se abstiene de juzgar moralmente a Billy, permitiendo al público cuestionar la naturaleza de la responsabilidad y la posibilidad de reparación. Sin embargo, debo señalar que el ritmo puede resultar lento para algunos espectadores. La película se basa en la sugestión y la construcción de la atmósfera más que en la acción directa, lo que puede llevar a momentos de lentitud percibida. A veces, la insistencia en la repetición de las apariciones de la mujer se acerca al punto de ser casi repetitiva, perdiendo un poco de fuerza emocional con el tiempo.
A pesar de este ligero problema de ritmo, "Maleficio" es una película que permanece en la mente mucho después de que termina sus créditos. Es un estudio de la mente humana en crisis, un examen profundo del remordimiento y la posibilidad de la redención – o, quizás, de la ausencia de ella. La interpretación de Gyllenhaal y la atmósfera opresiva de la película la convierten en una experiencia cinematográfica memorable. No es una película para todos, requiere paciencia y una mente abierta, pero para aquellos dispuestos a sumergirse en su mundo perturbador, ofrece una reflexión valiosa y un testimonio de la habilidad narrativa de Daniel Sackett.
Nota: 7/10