Mamá y Papá Salvaron al Mundo (1992)

“Mamá y Papá Salvaron al Mundo” es, en su esencia, una película que parece haberse perdido en el tiempo, emergiendo de un futuro que nunca fue. James Gunn, a menudo asociado con el humor negro y las secuelas de DC, entrega aquí una aventura pulp de los años 50, con una sensibilidad y un cariño que a veces son sorprendentes. No se trata de una obra maestra, por supuesto, pero sí de una experiencia cinematográfica peculiar que, a pesar de sus defectos evidentes, posee un encanto innegable y un espíritu refrescante.

La dirección de Gunn es meticulosa, recreando con gran detalle el universo retro-futurista de los años 50. Las locaciones, el vestuario, los efectos especiales (que, naturalmente, son evidentes como tal) y la banda sonora evocan una nostalgia intensa, pero se siente más como una imitación bien ejecutada que una verdadera reverencia. La película se beneficia enormemente de su estética, creando una atmósfera que te transporta a un mundo donde los cohetes son gloriosos y los hombres de negro visten trajes elegantes. Sin embargo, este esfuerzo visual a veces eclipsa otras áreas de la película.

Las actuaciones son el punto fuerte indiscutible de la película. Mel Brooks, como el anciano y excéntrico Spengo, es un espectáculo. Su presencia es magnética, y su interpretación es a la vez hilarante y conmovedora, reflejando la pérdida y la desesperación de un imperio en ruinas. Paul Rudd, como Dick Nelson, aporta una dosis de ingenuidad y ternura, actuando con una naturalidad que contrasta maravillosamente con el absurdo de la situación. Margot Robbie, en el papel de Marge, demuestra su versatilidad como actriz, interpretando a una mujer fuerte y decidida, aunque a menudo relegada a un papel secundario en la trama. La química entre los tres actores es palpable y crucial para el éxito de la película.

El guion es donde la película más claramente resiente su edad. La historia, aunque entretenida en su premisa de secuestro imperial y rescate intergaláctico, carece de profundidad y complejidad. Los diálogos son ocasionalmente torpes y repetitivos, y la trama a menudo se apoya demasiado en la exageración y el humor involuntario. Las referencias a “Flash Gordon” y “Buck Rogers” son divertidas, pero a veces se sienten como adornos superficiales en lugar de integrarse de manera significativa en la narrativa. No obstante, a medida que la película avanza, algunos momentos de humor genuino y situaciones absurdas logran compensar la falta de desarrollo argumental.

En definitiva, "Mamá y Papá Salvaron al Mundo" es una película que no pretende ser algo que no es: una carta de amor nostálgica al cine pulp de los años 50. Es una película divertida, con actuaciones sólidas, una estética cuidada y un sentido del humor peculiar que la distingue de la mayoría de las secuelas modernas. No es perfecta, pero su encanto y su espíritu retro-futurista la hacen merecedora de una visión. Es una experiencia cinematográfica digna de ser disfrutada, especialmente para aquellos que aprecian el cine clásico y el humor absurdo.

Nota: 7/10