Mamma mia! (2008)

“Mamma Mia!” (2008) no es simplemente una adaptación de un éxito musical, sino una celebración vibrante y genuina de la alegría, el amor y la red de familias que nos definen. Phyllida Lloyd, en su dirección, logra transformar la intensidad del original teatral en una comedia romántica cinematográfica irresistible, una experiencia visual y auditiva que invita a la risa y al sentimentalismo sin ser empalagosa.

La película se centra en Donna Sheridan (Meryl Streep), una mujer divorciada con una filosofía de vida libre y una hija, Sophie (Amanda Seyfried), a punto de casarse. La presión familiar, impulsada por la madre de Sophie, Donna, exige que conozca a su padre, desencadenando un torbellino de encuentros con tres hombres - Corrado, Sam y Harry - que podrían ser el progenitor. La clave de la película radica en la forma en que Lloyd maneja el ritmo, alternando escenas de tensión dramática con momentos de pura diversión y coreografía exuberante. La puesta en escena de Robby Müller, con sus impresionantes locaciones en las islas griegas, es simplemente espectacular, realzando la belleza del paisaje y creando una atmósfera auténtica y festiva.

Meryl Streep, por supuesto, es la joya de la corona. Su interpretación de Donna es magistral, llena de matices y humor. Donna es una figura maternal compleja, imperfecta pero ferozmente cariñosa. Seyfried, como Sophie, aporta una vulnerabilidad y una energía juvenil que encajan a la perfección en el papel. Las interpretaciones de Pierce Brosnan, Colin Firth y Stellan Skarsgård como los posibles padres ofrecen distintos matices al personaje, cada uno aportando una dinámica y un carisma únicos al romance con Sophie. Aunque la trama se basa en un cliché romántico, los actores logran darle credibilidad y profundidad a sus personajes, evitando caer en la caricatura.

El guion, adaptado de la obra teatral de Benny Andersson y Björn Ulvaeus, y escrito por Catherine Hanff y Richard Curtis, es inteligente y divertido. No se toma la película demasiado en serio, permitiendo que el humor brille a lo largo de toda la narración. La banda sonora, naturalmente, es un elemento central, y las canciones de ABBA se integran de manera impecable en la historia, potenciando las emociones y creando momentos inolvidables. El guion, sin embargo, podría haber profundizado más en la figura de Donna y sus propias razones para mantener el secreto, ofreciendo una mayor complejidad a su personaje.

“Mamma Mia!” no es una obra maestra cinematográfica, pero sí una película muy entretenida, llena de optimismo y música maravillosa. Su éxito reside en la capacidad de evocar sentimientos de calor y pertenencia, recordándonos que la familia, en todas sus formas, es lo más importante. Es un escape divertido y conmovedor, perfecto para disfrutar en compañía de amigos y seres queridos.

Nota: 7.5/10