“Manuale d’amore” es un fresco y encantador retrato de las complejidades del amor en todas sus formas, un ejercicio de observación y empatía que se aleja deliberadamente de los clichés románticos. La película, dirigida por Luca Guadagnino, no busca la grandilocuencia, sino la belleza en lo cotidiano, y lo consigue con una precisión y un lirismo que te atrapan desde el primer momento. La estructura, dividida en cuatro episodios independientes, es precisamente lo que le da a la película su fuerza: cada historia, con sus personajes y sus dilemas, se presenta como un microcosmos de las diferentes etapas que el amor puede atravesar.
La película nos sumerge en las primeras fases del amor, el “flechazo” con una naturalidad exquisita. La primera pareja, interpretada por Jérémie Renier y Sandrine Berckman, nos muestra un encuentro fortuito que desata una pasión inmediata y casi infantil. La dirección de Guadagnino se centra en la intensidad de los primeros sentimientos, capturando la vibración de la atracción y la ilusión que emanan del contacto físico. Más adelante, la película explora la “crisis”, con dos parejas distintas que luchan contra la rutina, la desilusión y las dudas. Una pareja, con dos jóvenes que se encuentran en un café, se enfrenta a la incapacidad de comunicarse y a la creciente distancia emocional. La otra pareja, un matrimonio que intenta reconectar tras años de silencio, nos plantea la difícil tarea de mantener viva la chispa en una relación ya establecida. El guion evita juzgar a los personajes, simplemente presenta sus dificultades y sus intentos de superarlas.
Pero es en los episodios de “traición” y “abandono” donde la película alcanza su mayor profundidad. La película no rehúye la oscuridad de estos momentos, mostrando con crudeza las heridas emocionales que pueden dejar los secretos y las mentiras. La entrega de los actores es brillante; se observa en cada gesto, en cada mirada, la angustia y el dolor de aquellos que se ven abandonados. La película, sin embargo, no se limita a la narración del sufrimiento, sino que explora las consecuencias de la traición, el proceso de curación y la búsqueda de la libertad. La maestría de Guadagnino reside en la forma en que retrata la complejidad de los personajes, evitando caer en melodramas baratos y mostrando la vulnerabilidad inherente a la condición humana.
En cuanto a las actuaciones, son excepcionales. Renier y Berckman, como hemos mencionado, transmiten la euforia y la vulnerabilidad del amor en sus primeras etapas. La filmación, cuidada y elegante, utiliza la luz natural y la belleza del paisaje italiano para realzar la atmósfera de cada episodio. La banda sonora, minimalista pero efectiva, complementa la narrativa y subraya las emociones que se están desarrollando. “Manuale d’amore” no pretende ser una película romántica convencional. Es un ejercicio de mirada a la vida, un espejo que refleja nuestras propias experiencias amorosas con honestidad y sensibilidad. La película te invita a reflexionar sobre el amor, no como una fórmula mágica, sino como un proceso complejo y a veces doloroso, pero siempre significativo.
Nota: 8/10