Mar adentro (2004)

“Mar adentro” es una película que, más allá de la historia de un hombre en una silla de ruedas, se convierte en una profunda meditación sobre la vida, la dignidad y la búsqueda de sentido. Alejandro Amenábar logra un ejercicio de sencillez monumental, contando una historia compleja y dolorosa con una honestidad brutal que, a veces, resulta desgarradora. La película no busca la espectacularidad, sino la empatía. Y, en ese aspecto, lo consigue con una maestría que la convierte en una experiencia cinematográfica inolvidable.

La dirección de Amenábar es impecable. La cámara, en su mayoría, se limita a registrar la habitación de Ramón, un espacio claustrofóbico que simboliza su encierro físico y emocional. Este encierro se contrasta constantemente con las vistas al mar, un elemento recurrente que funciona como un anhelo persistente, un recuerdo de la vida que Ramón perdió y que anhela recuperar. La paleta de colores, predominando los tonos azules y grises, refuerza la atmósfera melancólica y la sensación de tristeza. Pero, a pesar de esta tonalidad sombría, Amenábar introduce momentos de luz que resalta la humanidad de sus personajes.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los pilares fundamentales de la película. Javier Bardem, en el papel de Ramón, ofrece una interpretación conmovedora y llena de matices. Su personaje es al principio apático y resignado, pero poco a poco, gracias a la influencia de Julia y Rosa, recupera el deseo de vivir. La lentitud con la que evoluciona el personaje de Bardem es deliberada y efectiva, reflejando la dificultad de Ramón para conectar con el mundo. Las interpretaciones de Marta Etura como Julia y de Penélope Cruz como Rosa son igualmente excelentes, aportando un equilibrio emocional y una profundidad a las relaciones que se desarrollan.

El guion, adaptado de la novela homónima de Ramón Sampedro, es el corazón de la película. La trama no se centra tanto en el accidente que le dejó postrado, sino en la lucha de Ramón para alcanzar su último deseo: nadar en el mar. Amenábar aborda temas complejos como la eutanasia, el derecho a morir dignamente y la importancia de la autonomía personal, sin caer en sermones moralizantes. La película invita a la reflexión sobre la definición del sufrimiento, la responsabilidad familiar y el valor de la vida, incluso cuando esta se presenta en una forma más limitada. La ambigüedad moral que se plantea a lo largo de la historia, la incerteza sobre si la intervención de Julia y Rosa es una ayuda o una carga, es lo que hace que la película sea tan provocadora y duradera.

En definitiva, "Mar adentro" es una obra cinematográfica de gran sensibilidad y profundidad. No es una película fácil de ver, pero es una experiencia que te marca y te invita a cuestionar tus propios valores y creencias. Una película que, a pesar de su temática delicada, celebra la fuerza del espíritu humano y la importancia de perseguir nuestros sueños, sin importar las circunstancias.

Nota: 9/10