Maravilloso desastre (2023)

“Maravilloso Desastre” es, en esencia, una comedia romántica con un giro interesante y, a veces, un poco desesperado. La película, dirigida por Jake Kasdan, no se toma la fórmula demasiado en serio, abrazando un humor irreverente y un ritmo rápido que, si bien no siempre es impecable, mantiene al espectador enganchado a la trama. Kasdan demuestra una buena mano al manejar el drama y la comedia, creando una atmósfera fresca y actual, utilizando un estilo visual moderno y una banda sonora que complementa a la perfección los momentos más ligeros y tensos.

El guion, en gran parte, se basa en una premisa provocadora y, al principio, resulta bastante ingeniosa. La dinámica entre Travis (Glen Powell) y Abby (Sydney Sweeney) es el corazón de la película. La tensión sexual, palpable desde el minuto uno, se construye con mucho cuidado, utilizando el reto como detonante para revelar gradualmente las capas de complejidad de ambos personajes. Sin embargo, la película a veces se deja llevar por la conveniencia, recurriendo a situaciones clichés y diálogos que, aunque divertidos, no aportan demasiado al desarrollo de la relación. Hay momentos en los que la trama se siente un poco forzada, buscando constantemente la comedia a expensas de la profundidad emocional. La exploración de la vulnerabilidad y el deseo, elementos cruciales en la relación, a veces palidecen frente a la búsqueda del chiste fácil.

Las actuaciones son, sin lugar a dudas, el punto fuerte de la película. Glen Powell ofrece una interpretación carismática y llena de matices, logrando transmitir la ambigüedad de Travis, un hombre con una fachada llamativa pero que oculta un trasfondo emocional complejo. Sydney Sweeney, por su parte, evoluciona a lo largo de la película, mostrando una creciente confianza y una conexión convincente con su personaje. La química entre ambos actores es innegable, elevando el nivel de la comedia y ofreciendo momentos genuinamente divertidos y románticos. Los secundarios también cumplen bien con sus papeles, aportando variedad y color al reparto. Particularmente, el personaje de la madre de Abby, interpretado por Harriet Sansome, aporta toques de humor y ternura.

A pesar de algunos excesos en el guion, "Maravilloso Desastre" se disfruta como una película ligera y entretenida, ideal para una noche de cine. La dirección es competente, la música es agradable y las actuaciones son sólidas. La película no pretende ser una obra maestra, sino un escape ligero y divertido, y en ese sentido, cumple con creces. Ello no disculpa ciertas libertades creativas, pero se entiende que el objetivo principal es divertir al público. La película se beneficia de un ritmo dinámico que evita que la trama se enrede en la autocomplicación. Es, en definitiva, un disfrute del momento, un escape rápido pero efectivo de la realidad.

Nota: 7/10