Mark Felt: el informante (2017)

“Mark Felt: El Informante” no es un thriller político de acción explosiva, sino una película de carácter profundamente introspectivo que se aferra a la quietud y la complejidad humana. Es un relato sobre la soledad, el arrepentimiento y las consecuencias imprevistas de acciones ocultas durante décadas. Kenneth Drazick, director de la película, logra con maestría evocar una atmósfera de melancolía y tensión constante, sin recurrir a artificios baratos o espectáculos visuales ostentosos.

La película se centra en William Mark Felt, el subdirector del FBI, interpretado magistralmente por Clint Eastwood. Eastwood, con una notable elección de personaje, ofrece una actuación sutil y contenida, transmitiendo la ambigüedad moral de Felt. No es un villano caricaturesco, ni un héroe heroico. Es un hombre atormentado por sus decisiones, un hombre que se pierde en las sombras y que, al final, se ve forzado a enfrentarse a la verdad. La actuación de Eastwood no se basa en la grandilocuencia, sino en la lenta revelación de una personalidad compleja, marcada por la decepción y el remordimiento.

El guion, adaptado de un libro de Brian Duffy, no se pierde en detalles políticos complejos, sino que se enfoca en el viaje emocional de Felt. A través de flashbacks y diálogos cuidadosamente construidos, la película explora las razones detrás de su decisión de operar en las sombras, la presión política que sufrió y el costo personal de su lealtad al sistema. La dirección de fotografía, con tonalidades grises y apagadas, contribuye a crear un ambiente sombrío que refleja el estado de ánimo del protagonista. El ritmo de la película es deliberadamente pausado, permitiendo que el espectador se sumerga en la psicología de Felt y en la atmósfera de opresión que lo rodeaba.

No obstante, la película no está exenta de imperfecciones. A veces, el guion se acerca demasiado a la reconstrucción de hechos, sacrificando la profundidad del personaje. Algunos diálogos, aunque bien escritos, podrían haberse beneficiado de una mayor naturalidad. Sin embargo, estos pequeños defectos se compensan con la sólida actuación de Eastwood y la atmósfera general de introspección que impregna la película. La elección de mantener el secreto de la identidad de Felt durante tanto tiempo añade una capa adicional de suspense y reflexión a la narrativa.

En definitiva, “Mark Felt: El Informante” es una película que invita a la reflexión sobre el precio de la lealtad, la moralidad en tiempos de crisis y las consecuencias a largo plazo de los secretos. Es una obra que no busca entretener con acción, sino que busca despertar la conciencia del espectador y provocar un debate sobre la complejidad de la historia estadounidense. Es una película recomendable, especialmente para aquellos que aprecien el cine que nos obliga a mirar dentro de la mente de un hombre.

Nota: 8/10