Más allá de la esperanza (2019)

“Más allá de la esperanza” no es, en el sentido tradicional del término, una película basada en hechos reales. Sin embargo, su fuerza reside precisamente en esa ambigüedad, en la persistente sensación de que está tocando un nervio colectivo, una profunda anhelo por la posibilidad de lo imposible. La película, dirigida por Robert Zemeckis, no se limita a contar la historia de Joyce Smith y el milagro que le ocurrió a su hijo John, sino que se sumerge en la psique de una madre devastada, en la lucha por aferrarse a la fe y en la confrontación con la ciencia y la razón.

Zemeckis, reconocido maestro de la captura de movimiento, utiliza esta técnica para dar vida a John, interpretado magistralmente por Tom Hanks. La captura de movimiento es convincente, evocando tanto la vulnerabilidad infantil como la creciente sensación de incredulidad de John al regresar, después de estar muerto durante un periodo que, en el relato de su madre, se extendió por un tiempo asombroso. Hanks ofrece una actuación sutil y poderosa, transmitiendo la mezcla de júbilo, confusión y, sobre todo, la profunda gratitud que siente hacia su madre. La relación entre ambos personajes es el núcleo emocional de la película, y Zemeckis lo explora con delicadeza, evitando caer en sentimentalismos baratos.

Pero la película va más allá de la simple historia de un milagro. La dirección de Zemeckis plantea preguntas incómodas sobre la fe, la ciencia, el significado de la vida y la naturaleza de la realidad. La película no busca proporcionar respuestas definitivas, sino que se presenta como un experimento en la percepción, un desafío a nuestras convicciones. La confrontación entre Joyce y los expertos médicos, interpretados con credibilidad por Michael Keaton y Bradley Whitford, es crucial. La película no demoniza la ciencia, sino que explora sus limitaciones en la comprensión de lo inexplicado, mostrando cómo la fe puede ofrecer un refugio en la incertidumbre. La ambigüedad deliberada, lejos de resultar frustrante, enriquece la experiencia del espectador, obligándolo a reflexionar sobre sus propias creencias.

El guion, coescrito por Zemeckis y S.J. Simmons, es conciso y eficiente. Se centra en la emoción y en la relación entre los personajes, evitando explicaciones excesivamente detalladas o pseudo-científicas. El ritmo es pausado, permitiendo que la tensión emocional se acumule gradualmente. La banda sonora, compuesta por Michael Giacchino, complementa a la perfección la atmósfera melancólica y esperanzadora de la historia. Sin embargo, la película podría beneficiarse de un desarrollo más profundo de algunos personajes secundarios y de una mayor exploración de las implicaciones filosóficas del milagro.

En definitiva, “Más allá de la esperanza” es una experiencia cinematográfica cautivadora que invita a la reflexión y al debate. No es una película fácil de ver, pero ofrece una perspectiva única sobre la fe, la esperanza y la posibilidad de lo extraordinario. Es una obra que permanece en la memoria, cuestionando las fronteras de lo posible.

Nota: 7/10