Más allá de la verdad (2019)

“Más allá de la verdad” es un thriller psicológico que, a pesar de un inicio lento y un ritmo desigual, logra generar una atmósfera de inquietud constante que se aferra a la memoria del espectador. La película, dirigida por Mark Huestis, no se asocia a los tropos de los thrillers adolescentes de los 90, sino que se sumerge en una oscuridad psicológica donde la verdad se convierte en una entidad elusiva y peligrosa. No es una película para quienes buscan acción desenfrenada; su fuerza reside en el suspense y en el estudio de las consecuencias del trauma.

La historia se centra en la familia Chase, marcada por la muerte repentina de Ronnie, un joven con una vida aparentemente normal. La llegada de Melissa, cinco años después, con su insistente y perturbadora afirmación sobre un posible embarazo, desata una serie de eventos que revelan que la muerte de Ronnie no fue tan inocente como se pensaba. La dirección de Huestis es meticulosa en la creación de esta sensación de que algo siniestro acecha bajo la superficie. El uso de la luz y la sombra es constante, contribuyendo a un ambiente sombrío y claustrofóbico que refleja el estado mental de los personajes.

El guion, aunque a veces predecible en su estructura, se beneficia de un desarrollo gradual de los personajes. El personaje de Melissa, interpretada por la joven y convincente Chloë Silverman, es particularmente interesante. Su actuación transmite una mezcla de vulnerabilidad, paranoia y una obsesión inquietante. Los padres, Jack y Carol, interpretados por los veteranos Tom Wilkinson y Judy Par, aportan la profundidad emocional necesaria, mostrando el dolor y la desconfianza que les carcome. Sin embargo, algunos diálogos se sienten forzados, buscando la tensión de forma artificial. No obstante, la película logra establecer una relación de incredulidad y escepticismo entre los personajes que es fundamental para el desarrollo de la trama.

Visualmente, “Más allá de la verdad” es sobresaliente. La fotografía de Peter Demers es una de las mayores virtudes de la película: juega con las perspectivas, los ángulos y el color para intensificar el clima de suspense. La banda sonora, discreta pero efectiva, complementa a la perfección la atmósfera de inquietud. La película se beneficia de un ritmo pausado, que permite a la tensión crecer lentamente, aunque a veces puede resultar un poco aburrido para aquellos acostumbrados a thrillers más dinámicos. La película no se centra en la acción, sino en el impacto emocional de los eventos y en la lenta desconstrucción de la verdad.

A pesar de sus fallas, “Más allá de la verdad” es una película que te hará reflexionar sobre la fragilidad de la memoria, la búsqueda de la justicia y la oscuridad que puede esconderse en lo más íntimo de nuestras vidas. Es una experiencia cinematográfica inquietante y memorable que, a pesar de no ser perfecta, merece ser vista.

Nota: 7/10