Más allá del bosque (1949)

“Más allá del bosque” (1943) es una joya oscura y compleja del cine negro que, lejos de ser una simple historia de seducción, se sumerge en la exploración de la ambición desmedida y las consecuencias morales de sus actos. Dirigida con maestría por William Wyler, la película nos presenta una Rosa Moline (Bette Davis) tan fascinante como repulsiva: una mujer consumida por su deseo de ascender socialmente, dispuesta a sacrificar su honor, su esposo y su propia alma por un espejismo de riqueza y glamour.

La dirección de Wyler es impecable. Captura la atmósfera opresiva del pueblo rural de Illinois, un lugar donde las apariencias son tan importantes como la sustancia. El uso del encuadre es meticuloso, creando un ambiente claustrofóbico que refleja la creciente angustia de Rosa y la desesperación de su matrimonio. La fotografía en blanco y negro, con sus contrastes marcados, realza la palidez y la desilusión de la protagonista, mientras que las escenas nocturnas, con su iluminación tenue y sombras alargadas, sugieren los secretos y las mentiras que la acechan.

Bette Davis, en una de sus interpretaciones más memorables, ofrece una actuación magistral. Rosa no es simplemente una femme fatale; es un personaje trágico, una víctima de su propia ambición y de un sistema social que la empuja a buscar la felicidad en lugares equivocados. Su faceta ambiciosa es aterradora, pero también se percibe en ella una soledad y una vulnerabilidad profundas, lo que la hace sorprendentemente humana. Cotten como Lewis Moline, el médico bondadoso, complementa a Davis de manera efectiva, mostrando una nobleza que contrasta con la maldad de su esposa, aunque su incapacidad para comprenderla contribuye al drama. David Brian, como el industrial Neil Latimer, aporta la dosis justa de carisma y peligro, sin caer en estereotipos.

El guion, adaptado de la obra de Ben Hecht y Charles MacArthur, es perspicaz y no rehuye la oscuridad de sus temas. No glorifica la seducción ni ofrece soluciones fáciles. La película plantea preguntas incómodas sobre la moralidad, la clase social y la búsqueda de la felicidad. Se destaca especialmente el giro final, que obliga al espectador a reconsiderar todo lo que ha visto y a preguntarse si Rosa realmente es la antagonista de la historia o, simplemente, una víctima atrapada en una red de circunstancias. La trama, si bien iniciales puede parecer predecible, evoluciona con una inteligencia que sorprende. La película se atreve a mostrar los efectos devastadores de la codicia, no solo en el individuo, sino también en la comunidad y el matrimonio.

En definitiva, “Más allá del bosque” es una película inquietante y reflexiva que trasciende el género del cine negro, convirtiéndose en un estudio psicológico de la ambición desmedida y las consecuencias de las decisiones impulsivas. Es una obra maestra que sigue siendo relevante hoy en día, precisamente por su capacidad para provocar debate y reflexión.

Nota: 8.5/10