Más extraño que la ficción (2006)

“Más extraño que la ficción” (Stranger Than Fiction) es una comedia dramática que, curiosamente, no tiene miedo a explorar territorios oscuros y, en última instancia, sorprendentemente reflexivos. La premisa, aparentemente absurda – una novelista que se ve obligada a matar a su propio personaje principal – es el punto de partida para una historia que, sorprendentemente, se sostiene gracias a una dirección astuta y a las actuaciones magistrales de Emma Thompson y Will Ferrell.

La dirección de Norman Jewison logra equilibrar a la perfección el humor y la melancolía. No se trata simplemente de una comedia ligera. Jewison construye una atmósfera particular, una sensación de surrealismo que se instala en el espectador desde el principio y que se mantiene a lo largo de la película. La banda sonora, minimalista y a veces inquietante, refuerza esa sensación de extrañeza, creando un ambiente que complementa a la perfección el peculiar desarrollo de la trama. Es un trabajo elegante y, en mi opinión, subestimado, ya que la película logra evitar caer en el cliché del humor fácil y, en cambio, ofrece una experiencia cinematográfica que invita a la reflexión.

Las actuaciones son el corazón de la película. Emma Thompson ofrece una interpretación deslumbrante como Holli Wells, la escritora atormentada que se ve forzada a enfrentar la realidad de su propia creación literaria. Su Holli es vulnerable, inteligente y profundamente humana. Thompson no se limita a interpretar un personaje complicado; la encarnamos con una intensidad que roba el protagonismo de la pantalla. Will Ferrell, por su parte, asume el papel de Jack Hartigan, el personaje que está, literalmente, destinado a morir. Su comedia es inherente, pero aquí se combina magistralmente con una creciente angustia existencial. Ferrell está en plena forma, demostrando una versatilidad sorprendente, mostrando tanto su humor característico como su capacidad para expresar emociones profundas.

El guion, coescrito por Jeff Robinne y Richard Pearson, es lo que realmente da sustancia a la película. La historia, a pesar de su premisa inicial extraña, evoluciona en una reflexión sobre la vida, la muerte, el arte y el destino. La película cuestiona la naturaleza de la realidad, la responsabilidad del artista y las consecuencias de nuestras acciones. El guion no ofrece respuestas fáciles, sino que presenta al espectador con preguntas incómodas que permanecen en la mente después de que los créditos finales se han desvanecido. La trama se teje con sutileza, introduciendo elementos de suspense y romance de manera natural, sin que ninguno de los dos elementos domine la narrativa principal. El giro argumental final, aunque predecible para el espectador experimentado, es emocionalmente resonante y satisfactorio.

En definitiva, “Más extraño que la ficción” es una película que desafía las convenciones del género de comedia y ofrece una experiencia cinematográfica única. Es una historia que se queda contigo, que te hace reflexionar sobre el significado de la existencia. Una película que merece ser vista y revisitada.

Nota: 8.5/10