“Más pelas” es, en su esencia, un thriller de engaños y traiciones ambientado en el despiadado mundo de los altos ejecutivos y las lujosas discotecas de Nueva York. La película de Daniel Espinoza se erige como una crítica mordaz al consumismo desenfrenado, la falsedad del éxito profesional y la fragilidad de las apariencias. Sin embargo, a pesar de sus ambiciones, el filme no logra alcanzar la perfección, quedando a medio camino entre el suspense bien construido y una ejecución que, en ocasiones, se siente un tanto desgarbada.
La dirección de Espinoza es notablemente estilizada, empleando una paleta de colores vibrantes y una cinematografía cuidada que enfatiza el glamour artificial de los entornos que habitan los personajes. Se aprecia una clara influencia de cine negro y thrillers contemporáneos como “Ocean’s Eleven” o “El Gran Golpe”, pero sin replicarlos servilmente. La película sabe crear atmósferas tensas y claustrofóbicas, especialmente en las escenas nocturnas dentro de la Dynasty Club, donde la música y la iluminación se combinan para generar una sensación de inquietud constante. El ritmo, en general, es sólido, con momentos de verdadera tensión y algunos giros argumentales sorprendentes que mantienen al espectador enganchado hasta el final.
El núcleo de la historia gira en torno a Johnny, interpretado con una naturalidad convincente por Luis Tosar. Tosar, en su última interpretación, aporta una vulnerabilidad y un carisma que contrastan con la fachada de oportunista que intenta proyectar. Su personaje, complejo y moralmente ambiguo, evoluciona a lo largo de la película, y la química que establece con la también excelente María Valverde, que da vida a Amber Evans, es fundamental para el desarrollo de la trama. Valverde, aunque con menos oportunidades para mostrar su rango, entrega una actuación sólida, representando a una ejecutiva ambiciosa y calculadora. Sin embargo, algunos personajes secundarios, como el jefe de Johnny, quedan poco desarrollados, lo que afecta ligeramente a la credibilidad de la historia.
El guion, firmado por Espinoza y otros, se beneficia de un desarrollo argumental intrigante, pero también sufre de algunas inconsistencias y momentos de excesivo melodrama. Si bien la premisa de los fraudes y las identidades falsas es atractiva, la ejecución de algunos detalles, como la motivación de ciertos personajes, podría haberse profundizado más. Se intuyen las razones detrás de las acciones, pero no siempre se exploran con la suficiente profundidad. El tema de la clase social y las diferencias económicas se plantea de forma interesante, sin llegar a un análisis realmente profundo. La trama se desvela con un sentido del suspense bien logrado, pero hay ciertos elementos que parecen forzados, especialmente en el clímax de la película.
A pesar de sus defectos, “Más pelas” es una película entretenida que ofrece un buen rato en el cine. La dirección es competente, las actuaciones son buenas y la historia, aunque no del todo original, mantiene al espectador interesado. Si bien no es una obra maestra, sí merece la pena verla por su atractivo visual y su capacidad para generar tensión.
Nota: 7/10